Artículos Cristianos – La Confrontación 1
Toda ofensa tiene tanto potencial como para causar una brecha permanente en una relación.
Los conflictos no son algo que deba tomarse a broma. Quizá hayas fantaseado alguna vez con un ambiente en el cual tus relaciones fluyen en completa armonía: totalmente libre de ofensas y de problemas. ¡Despierta ya! Estás soñando. Es hora de enfrentarse a la realidad. Los problemas y los conflictos son un hecho en la vida.
Dios no nos ha creado para ser copias unos de otros. Por lo tanto, en cualquier relación, ya sea personal, laboral, social o espiritual, surgirán temas espinosos. Jesús les dijo a sus discípulos: «…Imposible es que no vengan tropiezos…» (Lc.17:1). Si te permites quedarte atrapado en la ofensa, tu relación con el ofendido nunca podrá ser la misma. John Bevere, en su libro La trampa de Satanás, dice: «No importa cuál sea el escenario, podemos dividir a todos los ofendidos en dos categorías principales: Los que han sido tratados injustamente y los que creen que han sido tratados injustamente”.
Uno de los significados de ofender en griego es «engañar». Una ofensa es un engaño de Satanás para privarte de relaciones significativas y productivas. Cuando se producen las ofensas, alguien debe actuar para cerrar la brecha. Creo, según las Escrituras, que esto se logra mediante la confrontación eficaz. Por eso escribo este libro, para aconsejar cómo hacer frente a las ofensas eficazmente.
La mayoría de las personas trata de evitar cualquier tipo de enfrentamiento. Los que no evitan el enfrentamiento, con frecuencia, gestionan la confrontación de forma ineficaz. Laree Kiely, profesor de comunicaciones empresariales en la University of Southern California Business School, dice: «El problema es que las personas nunca han aprendido realmente a comunicarse de forma directa sin dañar sus relaciones con los demás, o a negociar en sus relaciones para que ambas partes tengan la oportunidad de cambiar o de seguir exactamente donde están». Muchos rehúyen esto, pero el enfrentamiento puede ser una herramienta poderosa para el crecimiento personal y para la mejora de las relaciones cuando se utiliza de la forma adecuada.
Se han escrito muchas obras sobre el trabajo en equipo y la cooperación; sin embargo, la mayoría de nosotros no entiende realmente el poder de la unidad desde una perspectiva espiritual. Las Escrituras declaran que Dios literalmente envía bendición donde existe unidad (Sal.133:1-3).
El intento de edificar la Torre de Babel fue una vivida demostración del poder de la unidad. Después del diluvio, Dios ordenó a los descendientes de Noé que repoblaran la tierra. En lugar de dispersarse por el mundo según su mandato, decidieron construir una ciudad y quedarse en un único lugar. También decidieron construir un rascacielos que les sirviese como recuerdo. Estaban unidos en su objetivo, pero Dios obviamente no estaba complacido con el proyecto. Viendo el poder y la productividad de tal esfuerzo de unidad, Dios sabía que el cielo era literalmente el límite para cualquier cosa que se propusieran. Tenía que obstaculizar el progreso (Gn.11:5-9).
Sí, Dios quedó impresionado ante su unidad para construir la torre; aunque el propósito de ellos era contrario a su voluntad. Cuando los constructores ya no pudieron comunicarse, fueron incapaces de continuar con la construcción. La lección resulta bastante obvia: si no puedes comunicarte, no puedes edificar… nada. No puedes edificar un matrimonio, ni una iglesia ni un negocio.
(CONTINÚA…)
Extracto del libro “Confrontar Sin Ofender”
Por Deborah Smith Pegues