Maestros de Niños – Ayudas Para Entrar en el Mundo del Niño 7

 

Continuemos.

D. Dibujos de Recuerdos.

Para el niño, la mayoría de las crisis tienen que ver con la pérdida de alguien o de algo. El proceso de duelo que acompaña la pérdida es profundo, y superarlo demanda un esfuerzo emocional muy grande. Cuando la persona pueda expresar lo que siente, podrá avanzar a la otra dimensión emocional, que es la aceptación de lo perdido.

Pedir que un niño haga un dibujo relacionado con sus recuerdos de lo perdido, ayuda para aliviar el proceso de duelo. Se puede dividir una hoja en cuatro partes y pedir algo así (en el caso de la muerte del hermano): “Miguel, vamos a dibujar algunos recuerdos de tu hermanita. ¿Qué son las cosas que más extrañas de ella? Yo también voy a dibujar algunas cosas que recuerdo de ella”. Luego comparten juntos los trabajos, explicando los dibujos.

Es probable que la actividad sea motivo de lágrimas para algún niño, pero esto es justamente lo beneficioso del encuen­tro. El dolor se alivia compartiéndolo. Hay muchos niños que nunca encuentran un espacio seguro donde pueden llorar. El maestro puede compartir esas lágrimas, y puede abrazar al niño y pedir que el Consolador lo ayude a llevar su dolor.

 

4. Los Títeres.

En diálogo con niños pequeños, un títere puede ayudar para aliviar la tensión y ocupar el lugar de un tercero en la conversación. Es más fácil para un niño pequeño entablar una conversación con un títere que con un adulto, especialmente si se encuentra en una situa­ción difícil en su vida.

Un ejemplo podría ser una visita a la casa de un niño enfermo. Después de saludar al niño, el maestro saca el títere y dice algo así: “Hoy traje a mi amigo Pirulín. Porque nunca estuvo en cama enfermo, mi amigo quiere saber cómo lo estás pa­sando”. El títere saluda al niño y luego empieza a hacerle preguntas. ¿Por qué tienes esa venda? ¿Te duele? ¿Te dan de comer cuando estás en la cama? ¿Qué cosas? ¡Menos mal! Yo creí que solamente te daban píldoras y jarabes y remedios feos para tomar. Alguien me contó que a veces te pinchan con una aguja. ¿Es verdad eso? ¿En serio? ¿Cómo es que se llama eso?

Mientras tanto, el maestro está atento a las emociones que puedan surgir en la charla entre el niño y el títere, como, por ejemplo, el miedo, el aburrimiento, la soledad, etc., y puede responder a ellas con consuelo y aliento espiritual.

Otra variación en el uso de títeres es tener una familia de títeres de dedo, compuesta de ejemplos de todos los miembros del sistema familiar del niño. El maestro puede iniciar un diálogo inventando un cuento sobre las actividades de una familia e ilustrando el cuento con los títeres de dedo. Luego se le pide al niño que haga lo mismo, escuchando siempre con atención para poder entender mejor el entorno familiar del niño.

Un grupo de maestros consejeros fabricó títeres de medias para usar con los niños de todas las edades. Lograron que cada títere tuviera alguna característica que lo identificara en cuanto a su personalidad. Por ejemplo, había uno hecho de colores opacos con expresión de tristeza; otro con cabello de lana muy roja y una expresión de enojo, uno que parecía un payaso y otro muy pequeño que desaparecía con facilidad.

Haciendo rol-plays (asumir un personaje), con estos títeres lograron que los niños asumieran personalidades representati­vas y reflejaran características de sus propias emociones reprimidas. Entonces los maestros podían enfocar ciertos aspectos emocionales que necesitaban elaborar con el niño.

Juegos, trabajos artísticos, actividades varias, historias, títeres, todos estos son métodos muy sencillos, pero eficaces para trabajar con los niños. El mundo de la vida interior del niño es complejo y a menudo inaccesible al adulto que quiera llegar a él con ayuda. Un gran psicólogo de niños dijo: «El juego es el camino real a las percepciones de los niños frente a su mundo».

El maestro que desea llegar a la vida de un niño necesitado de ayuda pastoral, puede hacerlo utilizando estos métodos. El Señor puede bendecir estas técnicas sencillas para abrir para el maestro los niveles de dolor y frustración que los niños tienen que enfren­tar.

Extracto del libro “Más Que Maestros”

Por Betty S. de Constance

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. todos estos pasos, estan muy buenos…son puntos muy interesante que antes no las conocia, creo que ahora las voy a aplicar ….gracias seran para mi de mucha bendicion….gracias otra ves y que Dios los bendiga

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