NOSOTROS: LAS RAMAS

A. Fueron ELEGIDAS. ¡Qué fascinante saber que fuimos elegidos por Dios! Él nos amó y nos escogió para formar parte de su Reino. Si todo el tiempo pensáramos en esta bendición seríamos más agradecidos. Ya hablamos en el capítulo del labrador cómo nos escogió a través de Cristo y lo que eso significa.

B. Deben permanecer. Es lo que Jesús les decía a sus discípulos… separados de mí nada pueden hacer. Esto implica una decisión: ¿Queremos permanecer en Jesús? ¿Qué cosas habrá que cambiar en nuestro modo de vida y pensamiento? Dar tiempo para decisiones personales

C. Requieren cortes. Si decidimos permanecer habrá que sufrir algunos cortes para poder ser útiles y dar mucho fruto… llevar la cruz cada día… Transferir ejemplos a los niños sobre el significado de los cortes que Dios puede hacer en nosotros, aquellas cosas que pueden dolernos pero son para nuestro crecimiento.

D. Dan fruto. Ya se ha hablado de los frutos que Dios quiere que llevemos Vidas cambiadas, frutos de un carácter integro en Cristo.

E. Dan honor al Labrador. Dios se regocija en su creación. La Biblia dice que Dios se goza cuando observa nuestras vidas cambiadas haciendo lo que a Él le agrada y siendo de bendición a otros.

APÉNDICE.

Más pasajes sobre fruto. Además de los pasajes anteriores, aquí hay más que hablan sobre el mismo tema.  

“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”. (Colosenses 1:3-6, 9-10).  

“!!Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados” (Judas 1:11-12).  

“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2 Pedro 1:5-8).  

“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Santiago 3:17-18).

“A Zenas intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con solicitud, de modo que nada les falte. Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto” (Tito 3:13-14).  

“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Efesios 5:8-11).  

“Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte” (Romanos 7:4-5).  

“Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (Romanos 6:20-22).

Por Patsy Winter

Patsy es instructora de LAPEN

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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