Maestros de Niños – La Ayuda Pastoral y la Formación Espiritual del Niño 3

 

Continuemos.

El Concepto de Dios

En todas las clases de enseñanza bíblica y en los encuentros de índole pastoral, el niño va transformando gradualmente su concepto de Dios. La transformación del concepto de Dios es quizá uno de los beneficios más importantes en el ministerio pastoral entre la niñez.

El niño, por su necesidad de tener representaciones concretas de los conceptos, distorsiona fácilmente su imagen de Dios por lo que escucha en la iglesia y por lo que vive en su casa. Sus primeras ideas acerca de Dios Padre han de estar estrechamente vinculadas con su percepción de su propio padre y de las experiencias que vive con él. Si esa relación es distante o conflictiva, su percepción de Dios adquirirá las mismas características.

Es dicho­so el niño que goza de una relación vital y afectiva con su padre, que confía plenamente en él y que siente que él está interesado e involucrado en su vida. Una relación así crea parámetros ideales para una relación sana e íntima con Dios.

Debemos recordar la importancia que tiene la presencia de otro adulto en la vida del niño, alguien confiable e involucrado en su vida, cuya vida coherente y amor incondicional hacia él le manifiestan las características del Señor. Cuanto más disfuncional sea su familia de origen, tanto más importante es el maestro en su formación espiritual. Esta persona puede ser hombre o mujer, pero es esencial que su compromiso con el niño sea incondicional y que sus interacciones con él manifiesten la actitud de gracia que Dios muestra hacia nosotros: «Tú eres mi hijo amado; estoy muy complacido contigo» (Marcos 1.11, NVI).

El programa de educación cristiana en su totalidad está dándole al niño información que condiciona su imagen de Dios. Piense en el escenario que destruye en vez de edificar el concepto de Dios. Sería así: el programa de la escuela dominical es totalmente desorganiza­do; lo prometido no se hace; los maestros no cumplen ni con los horarios ni con sus respon­sabilidades; el espacio físico donde se hacen las clases es estrecho, incómodo e improvisa­do; la actitud de la congregación hacia ellos es verlos como molestando; los maestros mani­fiestan interés en cualquier otra cosa antes que en la vida de sus alumnos. En ese escenario, el niño recoge una sola impresión: «En la casa de Dios, no me toman en cuenta».

Aunque ésta es la triste realidad en muchas escuelas dominicales, es más que evidente que no debemos insultar la dignidad del niño con esas condiciones. Queremos sembrar conceptos positivos acerca de Dios en su vida.

La redefinición de la tarea del maestro que propongo es que él sea más que una fuente de información (toda la atención se da en el contenido de la lección) o un niñero (hay que entretener al niño durante el tiempo del culto de los adultos). Vuelvo a decir, entonces, que el maestro debe ser un pastor para los niños y debe orientar su tarea hacia las necesida­des y el dolor del niño, manifestando ese trabajo en un contexto de amor y compromiso.

Nuestras iglesias deben ser lugares en donde los niños viven la realidad de las palabras de Jesús: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos» (Marcos 10.14, NVI).

 

La Libreta de Oración.

Un aspecto fundamental del ministerio pastoral a la niñez es la oración. El niño necesita sentir la seguridad de la presencia de Dios actuando en su vida y en sus problemas, y el compartir un momento de oración con su maestro confirma eso. Una parte visible de los encuentros pastorales con ellos debe ser una «Libreta de Oración» que pertenece al maestro.

El maestro explica que esta libreta es su propiedad privada y que adentro hay una página que corresponde a ese niño. En ella anota las peticiones especiales que le puede compartir el niño durante un encuentro pastoral más otros motivos relacionados con él.

Es importante que el maestro mantenga confidencialidad sobre lo que anota allí, y que el niño tenga la absoluta seguridad de que sus peticiones personales no se van a compartir con otros sin su permiso. En los encuentros pastorales subsiguientes con el niño, es valioso revisar las peti­ciones que ha expresado y comentar la evidencia de la obra de Dios en ellas.

Extracto del libro “Más Que Maestros”

Por Betty S. de Constance

Artículo anteriorDevocional – SENTIDO Y DIRECCIÓN
Artículo siguienteEscuela Dominical – LA FORMACIÓN ESPIRITUAL DEL NIÑO 2

4 Comentarios

  1. Hola Ada. ¡¡Bienvenida!! Realmente no se si está en Perú este libro. La editorial es Publicaciones El Faro.
    Te puedo dar el siguiente dato si te sirve (aunque es de México), tal vez te lo puedan enviar.
    Publicaciones, El Faro S.A. de C.V. , Abasolo 93, Col. del Carmen, Del. Coyoacán, C.P. 04100, México, D.F. Tel: 55 54 97 95 Fax: 55 54 46 34
    Bendiciones!!!!!

  2. Por favor me podrian informar si el libro “Más Que Maestros”, Por Betty S. de Constance, se encuentra disponible en Lima, Peru. Què editorial es para buscarlo.

    Mil gracias, Dios los siga bendiciendo como El sabe hacerlo.

    Saludos,

    Ada Ayala

  3. Gracias. por todos los devocionales en especial por este ultimo
    sera de gran bendicion en mi ministerio.
    Dios los bendiga. lupita. Ags. mexico.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre