Maestros de Niños – Maestros Sanados 4

 

Continuemos.

La Visión del Dolor del Niño

Todavía existen personas que tienen una visión ingenua en cuanto a los niños. Quieren creer, a pesar de la evidencia al contrario, que la niñez es una época de inocencia y felicidad. Creen que el niño, por ser «chiquito», no entiende lo que está pasando a su alrededor y que las crisis y los problemas de su hogar no lo van a afectar. Toda persona que se relaciona con los niños en forma continuada, especialmente como docente, sabe que la realidad es otra.

El niño es sumamente listo; capta todo lo que está pasando en su entorno, especialmente aque­llo que tiene que ver con su persona. Lo que da la impresión a los adultos de que es inocente es que no dialoga sobre lo que percibe, ni lo que le pasa, en gran medida, porque no lo entiende del todo. No tiene parámetros para evaluar las cosas en forma objetiva.

Ciertas características lo hacen muy vulnerable frente al sufrimiento: es indefenso; es dependiente de los adultos, que son parte de su mundo, y es consciente de serlo; se siente inseguro en su persona y por eso anhela profundamente sentirse aceptado y amado; se siente inseguro en cuanto a sus capacidades y por eso quiere ser reconocido como capaz.

Además, posee una enorme capacidad de confiar y de perdonar a los que ama. Todas estas características se combinan en él y hacen que sea muy sensible al sufrimiento y a las pérdidas que a menudo son su realidad.

 

Las Nueve Áreas Esenciales de la Vida.

  • Una Relación Significativa.
  • Una Función Significativa.
  • Una Fuente de Gozo.
  • Un Lugar.
  • Estabilidad Económica.
  • Información.
  • Salud.
  • Raíces.

Todo ser humano necesita de estabilidad en estas nueve áreas para sentirse seguro en su mundo. Cualquier cambio o crisis en una de las áreas afecta a todas las demás.

En la familia ideal, para el niño la relación significativa es con sus padres. Por lo tanto, su función significativa es ser hijo de ellos. Su fuente de gozo puede ser las salidas en familia los fines de semana. Su lugar es su casa. Su grupo se compone de compañeros del colegio y de amigos de la iglesia.

En su estabilidad económica, depende en el empleo de los padres. Su información, que responde a las áreas de su curiosidad, siempre ha sido fluida. Su salud es excelente y sus raíces o familia extendida forman parte de su vida cotidiana.

De repente, en esta familia ideal, se vive una crisis muy grande. Los padres se separan y, como ocurre muchas veces, nadie le da al niño una explicación adecuada. Su relación significativa cambia completamente, porque la unidad que siempre conoció como papá/mamá no existe más.

Su función signifi­cativa desaparece, porque ahora no sabe con seguridad cómo ubicarse con relación a ambos padres.

Su fuente de gozo, las salidas familiares los fines de semana, no se hacen más.

Es probable que tenga que mudarse, así que el lugar donde vivía desaparece para ser reempla­zado por otro que no le gusta.

Su relación con su grupo cambia porque se muda, o, aun si no se cambia a otro barrio, porque ahora lleva una carga difícil de compartir y debe enfrentar las reacciones de los amigos a su nueva situación.

La estabilidad económica que conoció hasta ahora se transforma en una situación precaria en la que, probablemente, la madre tiene que salir a trabajar afuera de la casa, si ya no lo hacía antes.

Sus fuentes de información han dejado de ser confiables, porque se siente traicionado por los padres. Probablemente tenga muchos interrogantes contestados a medias y siente que muchos lo están engañando.

Su salud probablemente quede afectada por su estrés emocional.

Sus raíces, la familia extendi­da, suele ser cortada por la mitad, ya que la familia del padre se siente incómoda en la alterada relación con su mamá.

¿Cómo puede un pequeño ser humano manejar tanto dolor y pérdida juntos? Lo que llama la atención es su capacidad de sobrevivir todo este trauma.

Todos los que amamos a los niños y deseamos llegar a ellos con un ministerio pastoral adecuado tenemos una fuente de aliento muy importante: nuestro anhelo nació primero en el corazón de Dios. Es nuestro Señor quien ama a los niños a través de nosotros. Es él quien entiende su dolor y en él encontramos la fortaleza para sostenerlos y guiarlos en medio de las circunstancias difíciles que viven.

Cuando empezamos a acercarnos decididamente al mundo de dolor que tienen que manejar los niños de hoy, es fácil sentirnos agobiados por la complejidad de lo que observamos. Sin embargo, vuelvo a decir que no todo depende de nosotros. Esa sensación de impotencia es necesaria para que nos manten­gamos cerca de la Fuente Divina y para que lo que ofrecemos de ayuda no salga de nosotros únicamente, sino del corazón de Dios que comprende el dolor del niño en toda su magnitud y que anhela ofrecerle consolación.

Reitero que no hay mejor manera de hacer llegar esa consolación a un niño dolorido que a través de la vida de un maestro que haya experimenta­do en Dios la sanidad de su propio dolor.

Extracto del libro “Más Que Maestros”

Por Betty S. de Constance

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4 Comentarios

  1. Hola Alejandrita. ¡¡Bienvenida!! ¡Qué bueno que estes confirmando tu llamado para servir al Señor ministrando a los niños! Aprendé y capacitate todo lo que puedas y serás un instrumento poderoso en las manos del Señor. Éxitos!!!

  2. por medio de esta enseñanza el Espiritu Santo me ha mostrado una parte de mi que no conocia…amo a los niños y solo deseo servirles mejor…

  3. Hola Filiberto. ¡¡Bienvenido!! Tenes mucha razón en lo que decís, por ese motivo subimos estos materiales, para que al leerlos (tanto maestros como líderes) podamos examinar nuestras vidas y tomemos las decisiones necesarias para mantener la sanidad de nuestros corazones. ¡Gracias por compartir!!! Bendiciones.

  4. es realmente importante detenerse a pensar sobre el tema antes de estar al frente de culquier grupo, ya sean no;os o no; desafortunadamente muchos de los maestros en las iglesias estan desempe;ando esa funcion por cualquier otra razon, menos que por estar pendientes del dolor que los alumnos puedan experimentar cada dia y se puede tener el corazon de servicio pero no es suficiente.
    gracias por el tiempo dedicado a mostrar lo que el se;or a ense;ado a uds.
    bendiciones!

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