Enseñanza Aprendizaje – Pasos de un Plan de Clases: La Preparación Bíblica 4

 

Continuemos.

Algunos de estos principios e ideas prácticas de cómo utilizarlos en ciertas situaciones son:

1. Las Personas Aprenden Mejor Cuando el Aprendizaje les Provee Placer, Satisface Necesidades o Promete ser Útil.

Vimos que la motivación es un estímulo que apela a las necesidades o intereses de los alumnos. Esas necesidades o intereses hacen surgir las fuerzas internas del individuo, las cuales lo ponen en movimiento. Esto nos lleva a afirmar que las actividades creativas, simulaciones o conversaciones, generan un interés especial que hacen de la enseñanza-aprendizaje algo grato y placentero.

Cuando la enseñanza se relaciona con necesidades específicas de los alumnos, esta genera mayor interés. Este interés puede ser mayor cuando la enseñanza utiliza actividades que muestran ser útiles a la vida diaria. Sin llegar todavía a la aplicación práctica del estudio, identificar necesidades o intereses específicos de los alumnos le será de gran ayuda.

 

2. El Nivel de Participación de los Alumnos es Mayor Cuando las Actividades de Enseñanza están Dirigidas a la Persona Total.

Esto significa que los métodos de enseñanza-aprendizaje deben tomar al alumno como un todo físico-sicológico-espiritual. Cuando ellos llegan a la clase traen sus sentimientos de ansiedad, conflictos, presiones, la satisfacción de sus logros, asuntos familiares y mucho más. Entonces, los alumnos no son «baldes» vacíos a los cuales uno les puede verter la enseñanza.

 

3. La Enseñanza con Propósito es más Eficiente que una que no tiene un Propósito Definido.

La enseñanza centrada en un propósito es aquella que se basa en objetivos y que posee metas específicas. La enseñanza centrada en una meta es más eficiente. Se obtienen mejores resultados con menor cantidad de esfuerzo y con menos derroche de recursos.

¿Qué debe observar allí?

A. Lo que Deberá Pasarle al Alumno como Resultado del Aprendizaje.

¡No a usted! Esto quiere decir que el alumno es quien deberá experimentar ese cambio y no el maestro.

 

B. El Área en la cual se Desea Promover un Cambio en la Vida de los Alumnos.

Por ejemplo, un asunto que trata con eventos, datos y fechas, guía naturalmente a esperar cambio en conocimientos.

Si se trata de formar una relación correcta hacia el prójimo, será en el área de actitudes.

Si se pretende que el alumno haga algo con sus músculos, caerá dentro de la destreza psicomotriz.

Los conocimientos sirven de base a cualquier otra área, pero indudablemente debemos movernos en busca de otras áreas educacionales que son inherentes a la personalidad. De esta manera trascendemos lo meramente informativo.

Brevemente cada una de estas áreas comprende:

  • Conocimiento: Cuando se espera que el alumno pueda obtener y recordar datos, hechos e información.
  • Actitud: También llamada área afectiva. Se provocan cambios en los sentimientos hacía sí mismo, hacia personas, lugares y cosas.
  • Psicomotriz: También llamada área de habilidades o destrezas musculares.

 

C. La Proporción Adecuada del Contenido que el Alumno debe Aprender.

Las siguientes preguntas serán ideas prácticas de cómo saber el resultado principal del aprendizaje que se desea lograr en cada estudio:

  • ¿Comprensión de qué?
  • ¿Cuál actitud, hacia qué o quién?
  • ¿Destreza para hacer qué?

Esto permite dosificar el tema a una «proporción adecuada».

Estos tres aspectos deben estar presentes al planificar el acercamiento al estudio del pasaje dado para cada sección del Estudio de la Biblia. También deben ser considerados cuando se trabaja en el diseño o aplicación de las actividades sugeridas en este Paso. Todo debe apuntar hacia la Meta dada en el estudio. Recuerde que la Escritura es tan rica en enseñanzas que si no precisamos claramente nuestra meta, fácilmente nos desviaremos a otros temas.

 

4. La Utilización de Actividades y Recursos que den Sentido al Estudio de la Biblia.

En cada momento del estudio, usted debe definir una dirección clara. Conducir todo hacia la meta, apartar a sus alumnos de cualquier distracción, e influir adecuadamente en ellos.

 

5. La Selección y Planificación de las Actividades.

Usted debe seleccionar, modificar o diseñar sus propias actividades. Dependiendo del área en la cual se desea provocar el cambio de sus alumnos, descubra aquellas actividades que se prestan y facilitan mejor al proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

Siga estos tres criterios para seleccionar las actividades que le permitirán hacer el estudio bíblico con propósito. Use actividades que:

A. Den a los alumnos oportunidades de investigación bíblica. Lo que ellos descubran por sí mismos, llegará a ser «de ellos» más fácilmente.

B. Dé oportunidad de captar nuevos conocimientos y a hacerlos suyos.

C. Y que permitan al alumno compartir con sus compañeros las verdades que han descubierto.

Extracto del libro “Ideas Prácticas Para Maestros y Obreros”

Por Autores Varios

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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