Continuemos.

Hay muchos maestros de Escuela Dominical, instructores de Escuelas Bíblicas de Vacaciones o ayudantes en la Iglesia Infantil que se conforman con contar una historia bíblica. Así los miramos cada domingo contando las mismas historias: «Moisés salvado de las aguas», «David y Goliat», «Sansón y Dalila», «Rut la moabita», etc. ¡Y qué bueno que a los niños se les presenta la Palabra! Sin embargo, no hay una aplica­ción práctica, no hay un impulso divino para que esa Palabra se encarne en el corazón del niño. Se toma esta hora como un tiempo de entretenimiento y no como una gran oportunidad de formación.

¿Sabe lo que me contó un amigo? Él y su esposa solían narrarle historias de la Biblia a su nietecita. Trataron de crearle un concepto de Dios y de Jesucristo que estuviera acorde con su edad. Pero la niña pasaba el resto de la semana en casa de otras personas que no conocen a Cristo. Allí miraba televisión, sobre todo esas tiras cómicas con personajes vio­lentos, karatecas, judocas y con más habilidades y fuerza que cualquier otro ser imaginable. Un día, hablando del poder y del amor de Jesucristo, la niña les replicó: «Sí, Él es muy fuerte, pero el hombre biónico es más fuerte, todavía». Si no sabemos hacer la distinción, para nuestros niños Jesucristo no será más que un débil personaje de las tiras cómicas o los programas infantiles de la televisión.

Maestros, en esa clase de Escuela Dominical, allí en su hora feliz o grupo de misioneritas, no tienen «simplemente niños». Allí están los futuros drogadictos o los futuros discí­pulos de Cristo. Los futuros narcotraficantes o los futuros evangelistas. Los futuros desechos de la sociedad o los futu­ros padres cristianos. Allí pueden estar los futuros pandille­ros que toman por asalto las calles de las grandes ciudades o los futuros misioneros que tomen para Cristo esas mismas calles. Allí puede estar en gestación un atleta cristiano, un músico para Dios, una mujer del calibre de Linda Prittchet, un varón de Dios como Billy Graham o tal vez un futuro presidente de su país. ¡Qué gran privilegio y qué enorme responsabilidad moldear esas vidas! ¡Que sus manos sean sensibles para trabajar con esa preciosa arcilla!

Es verdad, amo a los niños. Cuando predico en un estadio, veo a miles que pasan al frente respondiendo a la invitación. Pero si entre la multitud hay niños que pasan al altar de la entrega, son ellos los que más tocan mi corazón. Supongo que esto se me agudizará más en el futuro. Es que el 29 de setiembre del año 1996 Noemí y yo nos graduamos de abuelos y ese pedacito de vida (se llama Gabriela) me enterneció muchísimo más. Quiero que Gabriela y cada niño del mundo tenga la incomparable, maravillosa e indescriptible experien­cia de conocer al que ama más que nadie a todo los niños: Jesús, quien dijo: «Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios». Que conozcan a ese Jesús que sentado en su trono debe llorar cada vez que una madre mata a su bebito dentro de su propio vientre, a ese que también dijo algo que debe ponernos a meditar y actuar con seriedad aun con nuestras actitudes al parecer maduras:

De cierto os digo.- que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él (Lucas 18.16-17).

Faraón, Herodes y el Liberalismo del Siglo 20.

Hace poco tiempo nuestra Asociación Evangelística pu­blicó un pequeño libro, escrito por mi esposa Noemí, llamado «Aborto, cartas a una amiga». Escrito en un formato epistolar, el libro trata, como su nombre lo indica, el tema del aborto. Este tema guarda mucha relación con el libro que ahora tiene en sus manos a pesar de que analiza el tema de la evangelización ya que en esta sección hablamos sobre «algo que toca el corazón de Dios»: la familia.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “El Poder de su Presencia”

Por Alberto Mottesi

Lee El Valor de la Niñez 3

Lee El Valor de la Niñez 4

Lee El Valor de la Niñez 5

Artículo anteriorSermones – A. Mottesi EL VALOR DE LA NIÑEZ 3
Artículo siguienteSermones – A. Mottesi EL VALOR DE LA NIÑEZ 1
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre