una-vida-en-plenitudDevocional Diario – ¡Una Vida en Plenitud!

 

Pasaje clave: Juan 10:10.

 

¿Es usted feliz?

Seguramente es una pregunta difícil de contestar ya que nos cuesta tener una definición concreta y objetiva sobre la felicidad. –“¿Cómo puedo ser feliz?” “¿Dónde está el secreto de la felicidad?” “¿Qué tengo que hacer para conseguirla?” Son algunas de las preguntas que los seres humanos nos hemos hecho durante siglos.

Un diccionario castellano define “felicidad” como “el estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien”. Si esto fuera verdad, todos los ricos deberían ser muy felices. Pero basta mirar la vida de algunos de ellos para darnos cuenta de que a pesar del dinero que tienen no todos son felices. Porque la felicidad no está en las riquezas, en tener una  casa, un auto nuevo, en la carrera, en las personas…

El dinero no es el puente a la felicidad. Puede comprar una cama pero no el sueño. Puede comprar medicamentos pero no la salud. Puede comprar una pareja pero no el amor. Puede comprar una casa pero no el hogar. Puede comprar una diversión pero no la felicidad. Puede comprar un crucifijo pero no la fe.

Algunos se van de la casa para ser felices. Otros vuelven a casa para ser felices. Unos hacen viajes carísimos procurando la felicidad y otros trabajan duro en busca de la felicidad. Lo que es considerado felicidad para algunas personas puede no serlo para otros.

El hecho es que la felicidad genera una búsqueda sin fin. ¡Nunca estamos satisfechos!

Pero mi felicidad no depende de cosas o circunstancias externas, sino de mi actitud frente a cada situación en la vida. ¡Emana del interior! Es de adentro hacia fuera.

Soy feliz cuando no siento ese vacío existencial. Soy feliz cuando tengo paz a pesar de las tormentas de la vida. Soy feliz cuando siento esa fuerza sobrenatural que me permite vencer los problemas. Soy feliz porque sé que tengo un Dios todopoderoso y amoroso que está de mi lado y me dice: -“Si yo estoy contigo, quién contra ti”. 

Si usted quiere ser feliz debe tener fe en Dios. Una fe sincera, comprometida, una fe que aunque comience de a poco, vaya creciendo y fortaleciéndose cada día.

Para ser feliz necesita acercarse a Dios. Para acercarse a Dios necesita dejar que Jesús se involucre en su historia. Él es el único camino que lo lleva a Dios. Para dejar que Jesús se involucre en su historia debe pedirle que sea su Salvador y Señor, que perdone sus pecados y permitirle que guíe su vida.

La noticia más maravillosa que puedo darle es que ¡usted puede vivir una vida plena!

¡Vivamos una vida al 100%!

Pastor Rubén Kassabián

Artículo anteriorEscuela Dominical – JESUS LLAMA A SUS DISCIPULOS 1
Artículo siguienteDevocional – DESAFÍO + ESFUERZO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre