Devocionales Cristianos – ¿Un Tronco o Una Astilla?

 

Pasaje clave: Mateo 7:3-5.

 

1. Introducción.

Luego de enseñarnos que no tenemos que ser jueces de los demás Jesús utiliza el ejemplo del tronco (viga) y de la astilla (paja) para dejarnos una profunda lección espiritual. Un tronco (viga) es un gran trozo de madera, muy grande. Por el contrario, una astilla (paja) es una insignificante porción de madera, muy pequeña.

 

2. No Seamos Hipócritas.

Mt.7:3-4. El hipócrita hace muchas cosas, se esfuerza y trabaja pero lo hace para “ser visto”. Hace las cosas con la intención de ser admirado. Hace teatro delante de los demás y finge “ser espiritual”, “ser santo”, “estar comprometido”. El hipócrita tiene hambre de reconocimiento. Todo lo hace con la intención de ser reconocido.

El hipócrita habla de los “pecadillos” (astillas) de los demás, pero no enfrenta sus propios pecados más graves (troncos).

El hipócrita habla de las “irresponsabilidades” (astillas) de otros, pero oculta sus propias perezas, sus tareas inconclusas, y todo lo que empieza y no termina (troncos).

El hipócrita habla de la “vida espiritual” de los demás (astillas), pero no hace nada para desarrollar, mejorar y crecer en su propia vida espiritual (troncos).

El hipócrita les exige “compromiso, santidad y sujeción” a todos (astillas), pero él mismo en su corazón no tiene compromiso, ni santidad, ni sujeción (troncos).

El hipócrita “exagera y agranda” las faltas y errores de los demás (astillas), pero achica y reduce sus propias faltas y errores para que no parezcan tan graves (troncos).

El hipócrita desacredita a otros (habla mal de ellos, inventa cosas, los juzga, etc.) con la intención de exaltarse a sí mismo. Él, entonces, aparece como “el más bueno”, “el más responsable”, “el más humilde”, a costa de desmerecer a los demás.

El hipócrita exagera lo bueno de sí mismo y exagera también lo malo de los demás.

 

3. Tenemos que Tratarnos como Hermanos.

Mt.7:5. Primero solucionemos nuestros propios problemas (troncos).

Primero confesemos y renunciemos a nuestros propios pecados (troncos).

Primero sanemos nuestras propias vidas (troncos).

Primero pongamos en orden nuestras propias familias (troncos).

Primero cumplamos con nuestras propias responsabilidades (troncos).

Primero corrijamos nuestros propios errores y faltas seriamente (tronco).

Primero hagamos lo que sabemos que tenemos que hacer (troncos).

Y después saquemos la astilla del ojo de nuestros hermanos…

Y después tratemos con sus pecados…

Y después exijámosles compromiso, santidad y sujeción…

Y después ayudémosles a sanar sus vidas y a ponerlas en orden.

Por Edgardo Tosoni

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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