Quizás recuerde esta reflexión escrita por un hijo acerca de su relación con su padre:

  • Cuando era pequeño yo pensaba: ¡PAPA ES MI HEROE!
  • Cuando fui niño: ¡CUANDO SEA GRANDE VOY A SER COMO PAPA!
  • En mi adolescencia: ¡CÓMO ME MOLESTA MI PAPA!
  • Cuando entre en la universidad: ¡PAPA NO SABE NADA!
  • El día que me gradué, lo miré y pensé: ¡QUÉ VIEJO ESTÁ MI PADRE!
  • Luego me casé y más de una vez dije: ¡LE PREGUNTARE A PAPA!
  • Ahora que yo soy viejo, reflexiono: ¡¡¡CUANTA RAZÓN TENIA MI PADRE, COMO LO EXTRAÑO, ERA UN SABIO, ES MI HEROE!!!

El versículo de hoy dice: No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos, sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos entre vosotros. (2 Co.10:15).

Pablo ha dado a luz a esta iglesia, de la nada ha parido esta congregación y ya está transitando la adolescencia. Aparentemente ellos aprecian más a otras personas y el apóstol siente ese rechazo. Sin embargo, espera, que conforme ellos crezcan en su fe, puedan darse cuenta que: … aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio (1 Co.4:15).

Algún día… dice Pablo: “Me valoraréis”. En cualquier área de nuestra vida, aquellos que trabajamos en el liderazgo, nos enfrentamos a la  ingratitud. Aunque no lo hacemos para los hombres siempre se agradece el reconocimiento sincero, moderado y sostenido. Sincero porque no sirve una impostura, moderado porque solo hacemos lo que debemos hacer y sostenido porque se agradece que sea estable en el tiempo. No somos súper héroes solamente pedimos lo que Pablo: Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios (1 Co.4:1).

Pensando esto… me pregunto: ¿En qué área estoy siendo ingrato? ¿A qué persona le estoy recortando el mérito? ¿Soy aún un adolescente inseguro que debe mostrarse diferente a ………………… para construir mi identidad? ¿Reconozco debidamente a los otros?

Hoy es un día para Reconocer… Para dar honra… para madurar en la fe, para dejar las inseguridades del adolescente y aprender a felicitar antes que esperar que te feliciten, aplaudir antes que pedir un aplauso como una foca, decir “gracias” con una sonrisa y “muy bien hecho” con el corazón.

Hoy lo  instituyo para mí como el día de la honra. ¿Te anotas conmigo? Pondera a alguien, agradece a ese amigo, reconoce a ese mentor, no hace falta que cumpla años para que le hagas un regalo, ora y hacele saber: Hoy oré por ti. Si los que tenías ya no están, agradece por haberlos tenido y busca un padre… todos necesitamos a alguien. Un abrazo, un reconocimiento… Hace bien.

Por Daniel Cattaneo

Artículo anteriorDevocional Diario – LA CARRERA DE FONZO
Artículo siguienteDevocional Diario – SEGUNDO: EL GUARDADOR
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre