Hace muchos años en plena campaña presidencial estaba en una librería cristiana y entró una mujer. Mientras yo miraba los libros la oí charlar con las vendedoras y decir: “Este nos va a salvar”. Levantó la mano y mostró un llavero que tenía. No resistí la curiosidad y alargue la mirada… ella se dio cuenta y me mostró la foto que estaba en el llavero y la inscripción. El rostro tan conocido años después tenía una leyenda que decía: Menem presidente.

¿En qué se basa tu confianza? (Isaías 36:4).

¡Qué preguntita…! ¿no?  La hace el rey de Asiria al piadoso rey de Israel, Ezequías. Está intrigado por saber si  alguien le haría frente, si habría alguien que ose resistírsele. ¿En qué se basa tu confianza? Él mismo examina los posibles argumentos:

A. Te basas en tus fuerzas. Área física.

B. Te basas en tus alianzas. Área Almática.

C. Te basas en tus creencias. Área Espiritual.

Ante cada argumento que expone pretende desacreditarlo… la intención es obvia… minar el ánimo del rey de Israel. Forzarlo a un trato.

¿En qué se basa mi confianza? Hablaba con una persona que está pasando un tiempo de confrontación en su vida y pude ver que debajo de la fachada cristiana hay otra persona que se siente endeble porque ha sido golpeado en donde más le duele. Le pegaron debajo del cinturón… Eso es antideportivo… pero todos sabemos que el diablo no es un caballero.

La historia bíblica que veíamos se siguió desarrollando y hay algunas respuestas que son del todo atinadas:

1. No respondieron. La primera respuesta es no responder. Nada vamos a ganar argumentando con el enemigo. No lo voy a convencer… no tengo que perder el tiempo argumentando con él.

2. Ezequías se metió en la casa de Dios a orar. La presencia de Dios es el refugio en donde debemos ir en todo tiempo.

3. Buscó una palabra profética. Envió una comitiva ante el profeta Isaías para recibir fe para el momento difícil.

4. Se preparó para una confrontación futura. Hasta con Jesús el diablo lo dejo “por un tiempo”. El enemigo siempre viene pero no debe volvernos a tomar por sorpresa.

¿En qué basas tu confianza? No sé cómo se ha disfrazado hoy el rey de Asiria. Puede ser que se haya vestido de enfermedad, de apuro económico, de dudas, de críticas, de calumnias, de depresión… Y que así vestido haya venido contra ti. Recuerda que siempre que aparezca se le va a permitir hacerte esa pregunta insidiosa que busca blanquear lo que hay en tu corazón. ¿En qué basas tu confianza?

Si la respuesta es Dios, avísale a tu cara y empieza a celebrar que hay una salida para cada adversidad. Si la respuesta es otra… siempre es bueno arrepentirse y siempre que nos arrepentimos recibimos una oportunidad nueva. ¿Cuántas veces? Si Él me pide que lo haga 70 veces 7 con mi hermano creo que voy, por lo menos,  a tener la misma posibilidad diaria.

Hoy es un día para evitar argumentar, meterse en la presencia de Dios y orar. Leer la palabra, buscar una palabra de fe de mi pastor o de mis líderes y confiar que “ningún arma forjada contra mí prosperará”. Hoy es un día para estar preparándonos y confiando que el Dios que hoy me salva, también me dará sabiduría para cualquier confrontación que venga a mi vida.

Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído (2 Tim.1:12).

Por Daniel Cattaneo

Artículo anteriorDevocional Diario – EL LIBRETO
Artículo siguienteDevocional Diario – REMEMBER
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre