Devocionales Cristianos – Levantemos un Clamor Por la Justicia Social

 

«Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y que pide Jehová de ti; solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios» (Miqueas 6:8).

El tema de la justicia social en Argentina parece siempre estar circunscripto a una determinada ideología política o a los recla­mos permanentes de las centrales obreras. La absurda división entre las «cosas materiales» y las «cosas espirituales» lamentablemente ha hecho creer a muchos que la Iglesia de Cristo no debería tener participación en temas como la «justicia social», entre tantos otros.

El libro profético de Miqueas y otras escrituras son un llama­do de Dios a actuar a favor de la verdadera justicia social. El cla­mor por la justicia social que debemos levantar como pueblo de Dios está absolutamente enmarcado en el propósito bien definido que estableció el Señor en el sermón del monte, donde declaró que sus discípulos son «sal y luz». Cada uno de nosotros sabe bien que el mundo, como consecuencia de la acción del pecado, es básicamente injusto. Esto se puede percibir en todos los ámbitos de relación (familia, trabajo, valores, sociedad). Querer erradicar cualquier nivel de injusticia suena como una enorme tarea que es prácticamente una utopía, pero en realidad ese es nuestro llamado profético más profundo.

Para levantar un clamor por la justicia social debemos comen­zar por cada uno de nosotros. La expectativa divina es que la justi­cia social comience en el pueblo de Dios (1 Pedro 4:17). ¿Quiénes estarán en mejores condiciones de practicar la «jus­ticia social» que aquellos que han sido «justificados» por la fe?

Aquí es donde no podemos dejar de hacernos una serie de preguntas:

  • ¿Somos justos socialmente con aquellas personas a las que empleamos?
  • ¿Pagamos salarios justos a los que contratamos?
  • ¿Creemos que porque es un «hermano de la iglesia» le debemos re­ducir el salario justo?
  • ¿Justificamos que por estar pasando un mo­mento de necesidad le pagamos menos de lo que el trabajo vale?

Por el lado de los empleados:

  • ¿Somos justos cuando trabaja­mos menos de lo estipulado por haber participado de una «acti­vidad de la iglesia»?
  • ¿Somos justos cuando nos aprovechamos de que nuestro patrón es un hermano en la fe para «reducir» espiritualmente nuestro horario de trabajo?

Con respecto al liderazgo:

  • ¿Son justos aquellos líderes que, por ajustar la economía de sus empresas, despiden a sus emplea­dos cristianos en algunos casos con más de treinta años de ser­vicio y solo le dan un beso, un abrazo y apenas unas «monedas» negándoles la justa indemnización sabiendo que por principios éticos ese empleado no le hará una demanda laboral?
  • ¿Son justos aquellos pastores que se «abusan» de los miembros de las iglesias pidiéndoles «diezmos adelantados» para usarlos vaya a saber uno para qué fin?
  • ¿Son justos aquellos pastores que, aprovechando el respeto y la admiración de los miembros de la iglesia, los hacen trabajar en cuestiones particulares de manera gratuita?
  • ¿Es justa la teología y el sistema eclesial en el que el único que prospera económicamente es el pastor?

Las preguntas no terminan aquí, son muchas más. Para levan­tar un clamor por la justicia social es necesario hacerlo con la au­toridad divina, la cual no se logra con enunciados ni declaraciones, sino con hombres y mujeres «justificados» por la fe que practiquen la justicia social de una manera práctica todos los días. Es allí don­de nuestras vidas resultarán creíbles y donde el grito profético de Miqueas producirá resultados impresionantes. Muy difícilmente el clamor por la justicia social vaya a ser canalizado por quienes nos gobiernan, ellos saben manejar el discurso de la justicia social pero solamente aquellos que en Cristo viven la justicia son los que están en condiciones de levantar un clamor efectivo, productivo y seguro. ¡Levantémoslo!

 

Motivos de Oración.

  • Señor, ayúdanos a practicar la justicia social en todos los actos de nuestras vidas. Examínanos y muéstranos nuestra condición respecto de este tema.
  • Señor, que tu Iglesia pueda ser un agente de justi­cia social en medio de la sociedad. Bendigo hoy los emprendimientos y tareas de mi congregación y las congregaciones de mi ciudad para bendecir a los que menos tienen.
  • Señor, que en Argentina se levante una clase política con verdadero sentido de la justicia social.

 

Acción Práctica.

De acuerdo a lo expuesto, verifica en tu entorno inmediato si se están dando señales prácticas de justicia social (empleados do­mésticos, servicios, etc.). Si eres consciente de que fuiste injusto, practica la restitución bíblica; llama a la persona que te realizó un servicio y abónale la diferencia. Si eres empleado y estás cons­ciente de una actitud injusta, restituye también con un trabajo adicional o gratuito según el caso.

Extracto del libro “40 Días de Ayuno y Oración 2012”

Por Néstor y Nélida Golluscio

Bahía Blanca, Buenos Aires

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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