Devocionales Cristianos – María, Una Mujer Excepcional 1
Pasaje clave: Lucas 1:26-35.
1. Introducción.
Como evangélicos creemos en María, no sólo como personaje histórico, no sólo como la madre de Jesús, sino también como una mujer excepcional. Creemos en María, pero no adoramos a María, ni le oramos a María, ni necesitamos llegar a Jesús por medio de ella.
De su vida podemos aprender principios espirituales y de vida para las nuestras.
2. Un Modelo Para Imitar.
A. Seamos llenos de gracia (vs.30).
Gracia es “favor no merecido”. Ser llenos de gracia es estar llenos del favor de Dios. Significa tener la aprobación y bendición de Dios sobre toda nuestra vida.
Solamente una persona que vive en obediencia a Dios y en relación diaria con Dios podrá estar llena de su gracia.
B. Seamos privilegiados (vs.31).
María fue una mujer privilegiada como ninguna otra: fue escogida para ser la madre de Jesús. Ese privilegio fue exclusivo de ella, pero nosotros, por haber creído en Jesús, tenemos el privilegio de ser los hijos de Dios y sus herederos. ¡Disfrutemos este privilegio! ¡Valoremos este privilegio! ¡Creamos en este privilegio!
C. Seamos personas de revelación (vs.32-33).
Aquel que cada día vive buscando a Dios y agradándole en todo tendrá un grado de revelación que otros nunca tendrán, aunque sean más inteligentes o más capaces.
María tuvo una tremenda revelación espiritual. Supo perfectamente bien lo que Dios haría y cómo lo haría. Ella se movió por la revelación de Dios y no tuvo miedo, ni dudas.
¿Queremos revelación? Entonces paguemos el precio de buscar a Dios, y de buscarlo y de buscarlo más y más. Sólo así seremos hombres y mujeres de revelación.
D. Anhelemos más y más de Dios (vs.34).
¿Qué hizo María cuando no comprendió lo que el ángel le revelaba? ¡Preguntó! “¿Cómo será esto? No lo entiendo”.
Esto es tener un corazón que anhela más. Quiere más de Dios. Quiere más de su Palabra. Quiere más revelación. Quiere más crecimiento. Quiere cosas mayores. No es conformista. No es perezoso. Sueña sueños mayores. Se desafía con logros mayores. Sólo los que anhelan más y buscan más, recibirán más de Dios.
E. Seamos llenos del Espíritu Santo (vs.35).
Llenura del Espíritu Santo es poder para vivir. Es revelación de Dios. Es el carácter de Jesús reproducido en nosotros. ¿Cómo soy lleno del Espíritu Santo? Lo deseo intensamente, renuncio a todo lo que me estorba y busco a Dios sin darme por vencido. Soy insistente: “Lléname con tu Espíritu, lléname con tu Espíritu”. Y Dios lo hará.
(CONTINÚA…)
Por Edgardo Tosoni
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