Devocionales Cristianos – El Por Qué de Todo

 

Pasaje clave: Romanos 11:36.

 

Todo es para Dios. El objetivo final del universo es mostrar la gloria de Dios. La gloria de Dios es el por qué de la existencia de todo, incluyéndonos a nosotros.

Dios hizo TODO para su gloria.

¿Qué es la gloria de Dios? Es Dios mismo. Es la esencia de su naturaleza, el esplendor de su presencia, la demostración de su poder. La gloria de Dios es la expresión de su bondad y de todas sus cualidades y atributos.

¿Dónde está la gloria de Dios? Si miramos a nuestro alrededor vamos a ver “muestras” de la gloria de Dios. Toda la creación refleja de alguna manera la gloria de Dios. Desde las formas más microscópicas hasta la extensión del universo. O nuestro propio cuerpo como una obra de arte del Creador.

La creación revela la gloria de Dios.

A través de la historia Dios ha revelado su gloria a personas en diferentes circunstancias: En el Edén a Adán y Eva, a Moisés, en el tabernáculo, por medio de Jesús, y ahora por medio de la iglesia.

En el cielo la gloria de Dios ilumina todo (Ap.21:23).

Jesús nos revela la gloria de Dios (Hebreos 1:3). Jesús se hizo hombre para que pudiéramos entender la gloria de Dios (Juan 1:14). Nosotros no podemos agregarle nada a la gloria de Dios (es como si quisiéramos hacer algo para que el sol brille más ¡imposible!).

 

¿Quiénes han fallado dándole la gloria a Dios?

En todo el universo hay sólo dos creaciones de Dios que fallaron en darle la gloria: los ángeles caídos (demonios) y nosotros (los seres humanos). Todo pecado es fallar en darle la gloria a Dios.

Cada vez que pecamos le estamos dando la gloria a otras cosas. Pecar es amar cualquier cosa más que a Dios. (Romanos 3:23).

Negarnos a darle la gloria a Dios es rebeldía y soberbia (el mismo pecado que cometió Satanás).

 

¿Qué tenemos que hacer con la gloria de Dios?

Apocalipsis 4:11 nos enseña lo que tenemos que hacer: Reconocer su gloria, honrar su gloria, declarar su gloria, alabar su gloria, reflejar su gloria y vivir para su gloria.

Vivir para la gloria de Dios es el mayor logro que podemos alcanzar en nuestras vidas (Isaías 43:7).

¿Por qué? ¡Porque Dios se lo merece!

 

¿Cómo puedo darle la gloria a Dios?

La creación entera le da la gloria a Dios. Jesús le dio la gloria a Dios (Juan 17:4).

Hay muchas maneras de darle la gloria a Dios, pero los podemos resumir en los cinco propósitos de Dios para nuestras vidas:

1. Le damos la gloria a Dios cuando lo adoramos.

Adoración es declararle nuestro amor a Dios, y es nuestra primera responsabilidad. Dios quiere que nuestra adoración brote del amor, del gozo y de la gratitud, no de la obligación. Adorar es gozar de Dios, amar a Dios, entregarle nuestras vidas.

 

2. Le damos la gloria a Dios cuando amamos a los demás creyentes.

Seguir a Cristo no es sólo cuestión de creer, sino también de pertenecer a su familia (la iglesia) y amarla (Juan 13:34-35). Cuando nos amamos unos a otros glorificamos a Dios.

 

3. Le damos la gloria a Dios cuando nos asemejamos más a Cristo.

Cuando le entregamos nuestras vidas a Cristo nacemos espiritualmente. Pero Dios no quiere que seamos “niños” toda la vida, sino que crezcamos hasta la madurez. ¿Qué significa esto?

Madurez significa vivir como vivió Cristo, pensar, sentir, hablar y actuar como lo hizo Jesús. Cuanto más me parezco a Jesús, más maduro soy. Entonces Dios recibe la gloria.

 

4. Le damos la gloria a Dios cuando servimos a los demás.

Dios nos diseñó de una forma única a cada uno de nosotros con dones, deseos, habilidades, personalidad y experiencias vividas. ¿Para qué? Para servir a otros, para ministrar a otros. Cuando hacemos algo de bendición por los demás le damos la gloria a Dios (1º Pedro 410-11).

 

5. Le damos la gloria a Dios cuando le hablamos a otros de Cristo.

Dios no quiere que su amor y sus propósitos sean un secreto, sino que anunciemos su verdad. Podemos presentarles a los demás a Jesús y ayudarlos a descubrir su propósito y prepararlos para la eternidad.

Extracto del libro «Una Vida Con Propósito»

Por Rick Warren

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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