Devocionales Cristianos – Encontrarnos con el Rey

 

Pasaje clave: Mateo 2:1-12.

 

1. ¿Motivados Por el Rey o Motivados por la Tradición?

A. Magos del Oriente.

Mt.2:1-2, 9-11. Ellos no eran judíos, su cultura era pagana. Eran astrónomos y astrólogos. Ellos no tenían el conocimiento de Dios, no habían recibido la Palabra ni las promesas, ¿qué fue lo que los movió a realizar el viaje que hicieron? ¿Qué los impulsó? Ellos no habían salido en viaje de placer. Hubo algo a nivel espiritual que los motivó. Ellos, a diferencia de los religiosos judíos, tuvieron otra actitud: querían encontrarse con el Rey que había nacido, ellos querían conocer a Jesús y se esforzaron por hacerlo.

“Y postrándose lo adoraron” (vs.11). Lo importante no fue el oro, el incienso y la mirra que le ofrecieron a Jesús, lo verdaderamente importante fue la actitud de adoración que tuvieron, la motivación que los llevó a viajar kilómetros para adorar al Rey.

¿Cómo está nuestra motivación? ¿Qué fue lo que te motivó a venir hoy a esta reunión?

¿Cuántos de nosotros asistimos a la iglesia a cumplir con el “rito religioso del culto de los domingos”?

¿Y cuántos de nosotros asistimos con la motivación de encontrarnos con el Rey?

El que viene motivado para encontrarse con Jesús se irá bendecido de esta reunión y de cada reunión de la iglesia a la que asista, pero aquel que viene para cumplir con un rito religioso seguramente se irá tal como vino preguntándose “¿qué hago en la iglesia?”.

 

B. Los Religiosos judíos.

Mt.2:4-6. Herodes era un romano que no tenía ni idea de quién era Jesús. ¿Quiénes le dan el informe  de su nacimiento? Son los mismos judíos, aquellos que tenían la promesa de que el Mesías iba a venir. Los escribas, los sacerdotes, los que tenían la ley, los que conocían la Palabra de Dios, ellos dieron el informe. ¡Pero a ninguno de ellos les importó el nacimiento del Rey! ¡A ninguno le interesó el cumplimiento de la profecía!

Ellos que habían recibido la Palabra de Dios habían transformado la vida espiritual en un aburrido, monótono y rutinario ritual religioso. Habían perdido la vida espiritual, habían perdido la comunión con Dios y sólo les quedaba el conocimiento y los ritos. Ellos no pudieron discernir el nacimiento de Cristo.

 

Eran legalistas.

Ellos dicen: “Hay que cumplirlo”.

¿Por qué? “Porque me lo enseñaron desde chico”.

¿Y por qué? “Porque toda mi familia lo hizo y mis padre lo hicieron”.

¿Y te sirve para algo? “No sé, pero es una buena tradición familiar”.

“Tengo que asistir” ¿Por qué? “Y porque tengo un ministerio, y sino asisto me sacan”.

¿A dónde vas el domingo? “A la iglesia, porque los domingos hay que ir a la iglesia”.

 

Más ejemplos:

“Bautizarse y desaparecer de la iglesia” (ya cumplió con el rito).

“Hacer las cosas por miedo al castigo de Dios”.

“Cumplir para no quedar mal con las personas”.

“Congregar por el qué dirán”.

“Reprimir lo que sentimos (¡qué van a pensar los hermanos!)”.

“Hacer todo perfecto y no fallar nunca para sentirnos aceptados”.

¡Legalismo, ritual, rutina! No sirve para nada.

¿Asistimos a cada reunión, a cada encuentro, para adorar y para recibir una palabra de desafío de Dios o asistimos por la costumbre de hacerlo?

¿Congregamos para disfrutar de la comunión y del amor de los hermanos porque nos hace bien hacerlo, o congregamos por la obligación de hacerlo?

¿Adoramos para entregarnos a Dios, para abrir nuestra alma y corazón delante de él, o solamente repetimos mecánicamente las palabras de hermosas canciones?

¿Cuáles son los obstáculos más frecuentes que te frenan o te sacan las ganas de congregar? ¿Y qué estás haciendo para superar esos obstáculos?

¿Qué cosas de tu vida cristiana se han transformado poco a poco en un ritual religioso que hay que cumplir?

¿Qué piensas que tendrías que hacer para recuperar la vida del Espíritu?

Por Edgardo Tosoni

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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