Devocionales Cristianos – Mantén Fluyendo la Bendición de Dios

 

Pasaje clave: Deuteronomio 28:1-14.

 

1. Introducción.

La Biblia nos dice claramente que por tener a Cristo en nuestras vidas y ser hijos de Dios ya somos bendecidos (Ef.1:3). Sin embargo, hay actitudes, hay pecados y hay decisiones erróneas que frenan o cortan la bendición de Dios.

Imagínate una canilla. Si la abres el agua fluye libremente, pero cuando la cierras no cae una sola gota. De la misma manera la bendición de Dios está sobre nosotros en todas las áreas de nuestras vidas, pero somos nosotros quienes la mantenemos abierta y fluyendo sobre nuestras vidas, o quienes la cerramos y detenemos su bendición.  

Deuteronomio nos enseña cuatro pasos para mantener fluyendo la bendición de Dios sobre nosotros, sobre nuestras familias y sobre todo lo que emprendamos.

 

2. OIR la Palabra.

Vs.1 y 2. Este es el primer paso. Y si estás aquí, en esta Red (célula o grupo pequeño) ya estás dando este primer paso. Estás oyendo la Palabra de Dios. Oír lo que Dios te habla. Oír con atención lo que Dios quiere para tu vida. Porque Él te conoce mejor que nadie y sabe qué es lo mejor para vos. Oír con la actitud de ser ministrado por la Palabra activará tu fe. Porque la fe viene por el oír.

 

3. GUARDAR la Palabra.

Vs.1 y 9. Este es el segundo paso para mantener la bendición de Dios.

Guardamos las cosas que son valiosas para nosotros. Lo que no tiene valor o lo que no nos sirve lo tiramos. Si la Palabra de Dios tiene valor para nosotros la guardaremos en nuestra mente y corazón.

¿Y qué es guardar? Guardar es meditar, reflexionar, pensar en lo que he oído.

Por ejemplo: Oí que tengo que perdonar. Entonces pienso a quién tengo que perdonar y pienso que hacerlo es bueno para mi vida.

Esto es meditar. Estoy guardando esa enseñanza en mi corazón y la estoy pensando, la estoy “masticando” en mi mente.

 

4. OBEDECER la Palabra.

Vs.1, 9 y 13. Este es el tercer paso. “Ponerla por obra”, “andar en ella”, “obedecerla”.

Son tres maneras distintas para decir lo mismo. De nada me sirve oír la Palabra, guardarla en mi corazón, “masticarla” con mi mente sino la voy a obedecer. Ya hablamos, en temas anteriores, la importancia que tiene para Dios la obediencia.

Si no soy obediente, los dos primeros pasos no me sirven para nada.

Por ejemplo: Oí que tengo que perdonar. Y pienso a quién tengo que perdonar. Entonces tomo la decisión de obedecer. Y con todo mi corazón perdono a esa persona. Di el tercer paso. Fui obediente a la Palabra.

 

5. NO APARTARME de la Palabra.

Vs.14. Este es el último paso. Y significa: perseverar.

Es mantenerme firme en la verdad que me fue revelada y no dejar que nada ni nadie me aparte de lo que Dios me ha hablado. No importa cuántos diablos se crucen en el camino yo voy a permanecer, a perseverar en lo que Dios quiere para mi vida.

Y la bendición de Dios se mantendrá fluyendo.

Y la bendición de Dios será el premio a tú perseverancia.

Y en todo lo que hagas te irá bien.

Por Edgardo Tosoni

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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