Estudios Cristianos – Jesús, el Supremo Líder Fiel 1

 

1. Jesús Fiel a su Responsabilidad, Estaba Seguro del Triunfo.

Lucas 2:49. Jesús estaba en los negocios de su Padre y sabía que, en socie­dad con su Padre, nunca fracasaría. Jesús jamás aceptó la posibilidad de una derrota. No fue al ministerio como quien va a un enfrentamiento deportivo, donde se puede ganar, perder o empa­tar. Jesús estaba seguro de ganar. Planeó toda su vida con la convicción de la victoria. No malgastó energías ni perdió tiempo en palabras inútiles.

Jesús formó su propio grupo, eligiendo a personas que tal vez eran muy poco atractivas para el resto de la sociedad. (Lucas 6:12-16, 1º Corintios 1:26-29). No escogió teólogos ni gente «ya formada» en la fe, sino hombres senci­llos que tendrían que ser discipulados por él. Nótese que eran personas que tenían ganas de aprender al lado de su Maestro.

Jesús tuvo muchos seguidores y simpatizantes, pero concentró sus principales esfuerzos en el pequeño grupo de sus doce discípulos. Nunca descuidó a las multitudes, aunque jamás aceptó el aplauso inmaduro (Juan 6:26, 6:14-15). Rechazó la admiración superficial de las masas, pero les predicó con amor el evangelio. Sin embargo, se dedicó preferentemente a sus discípulos, porque ése era su método para llegar a la victoria final.

Juan 2:23-25. Jesús no se confiaba en las apariencias. Iba cosa es tener una actitud triunfalista (dejándose engañar por el entusiasmo) y otra cosa es caminar con firmeza en dirección al auténtico triunfo. Su idea de la victoria no era impactar a las multitudes, sino cumplir la voluntad de Dios (Juan 6:37-40, 5:30). En este caso, la voluntad de Dios era que Jesús dedicase su esfuerzo a formar hombres que luego llegasen a ser instrumentos del Espí­ritu Santo para evangelizar al mundo. (Comparar 2º Timoteo 2:2).

Este ejemplo de Jesús está confirmado en Efesios 4:11-12 y siguientes. Allí se dice claramente que los ministros de la iglesia, que son constituidos por el Señor, tienen como propósito el de «perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo». Significa que, en última instancia, todo creyente debe hacer la obra del ministerio y sentirse responsable de la tarea de hacer discípulos, llevando a otros a los pies de Jesús» ¡Y todo cristiano debe estar seguro del triunfo!

 

2. Jesús, Fiel a su Vocación, Permaneció y Perseveró con su Grupo.

La técnica de Jesús no fue proveer a sus discípulos un «curriculum académico» o un seminario para que se graduasen» Jesús les enseñó con su propia vidas les dijo que lo siguieran a él… y él permaneció con ellos, sin abandonad­los jamás. Ver lo que testifica un discípulo: 1º Juan 1:1-3. La escuela en que estudiaron esos discípulos fue el propio Señor Jesús.

Lucas 8:10. Los discípulos aprendieron los misterios del reino de Dios por medio de la compañía de Jesús. Antes de entender intelectualmente las doctri­nas, llegaron a conocer personalmente esas realidades a través de la presen­cia de Jesús. Por ello él les dijo «Yo soy el camino» (Juan 14:6). Por eso Jesús permanecía con ellos y quería que ellos estuvieran con él. (Ver Marcos 3:14).

Antes de predicar, sanar enfermedades o echar fuera demonios, era ne­cesario que estuviesen con él. Durante todo su ministerio, Jesús se ocupó de ellos, enseñándoles también con sus palabras (Juan 16:4. Juan 15:27). Jesús confiaba en los buenos resultados de su trabajo con aquel grupo, y no se equivocó. Tuvo sinsabores, es cierto, pero (con la excepción de Judas Iscariote), todos llegaron a ser fieles testigos.

El ejemplo de Jesús debe ser fielmente imitado por los líderes de nuestros grupos de crecimiento. La tarea debe ser permanente, perseverante, fiel, con un transparente ejemplo de vida cristiana agradable al Señor.

 

3. Jesús, Fiel a su Naturaleza Divina, Exigió Obediencia Incondicional.

Juan 15:10-14. Al principio a los discípulos les pareció fácil seguir a Jesús, pero a medida que pasó el tiempo la cosa fue haciéndose más difícil. Tuvieron que comprender la disciplina del reino de Dios (Lucas 16:13,9:23-25, Marcos 10:28-31, Juan 12:25-26). Jesús exigía una entrega total.

(CONTINÚA…)

Por Dr. Robert E. Coleman

Adaptado por Samuel O. Libert

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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