Estudios Cristianos – La Oración de Poder 2

 

Continuemos.

Lee Hebreos 11:6. Por segunda vez citamos este pasaje. La fe es el primer requisito para agradar a Dios. Sin fe no podemos recibir la salvación. Sin fe es imposible orar aceptablemente. Sin fe no hay vida victoriosa. La falta de fe es pecado («sin fe es imposible agradar a Dios», Heb.11:6). Tener fe es un mandamiento del Señor Jesús («tened fe en Dios», Marcos 11:22). Esto no puede tomarse livianamente.

La oración de poder surge de un bautismo de fe, como el cruce del Mar Rojo o el paso del Jordán. «Si puedes creer, al que cree todo es posible» (Marcos 9:23). «Os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá» (Marcos 11:24). «De cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este montes Pásate de aquí allá, y se pasará y nada os será imposible» (Mateo 17:21).

Hebreos 11:1. Fe no es cualquier tipo de seguridad o confianza. Mucha gente «se tie­ne fe», pero eso no es tener fe en Dios. Otros confían en sus propias oraciones o en las oraciones de otros, pero eso tampoco es tener fe en Dios. Algunos tienen confianza en sus propios méritos, en sus grupos de oración, en promesas que ellos le hacen al Señor, o en el supuesto «poder» de tal o cual creyente. Sin embargo, nada de eso es verdadera fe en Dios. La única fe en Dios es la que se basa sólidamente en toda la Palabra de Dios y no en pasajes tomados fuera de su contexto. Ignorar lo revelado en la Sagrada Escritu­ra o desobedecer sus enseñanzas impide el correcto ejercicio de la fe. Leamos otra vez Juan 15:7.

En Romanos 10:17 (sea para salvación o para otros propósitos) dice que «la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios». En esos días mucha gente tan sólo podía oír la palabra de Dios porque había muy pocas copias de las Escrituras y la ma­yoría del pueblo no sabía leer. Entonces oían la lectura bíblica y de ese modo podían alimentar su fe.

Santiago 1:6. La verdadera fe excluye las dudas. La duda crea una oración dividida, una mezcla de confianza y desconfianza. «No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor» (v.7). Como vimos en Hebreos 11:1, fe es certeza, es convicción. Ver la historia de la fe de Elías en 1º de Reyes 18:41-46.

 

4. La Oración de Poder: Oración que Pide Grandes Cosas a un Dios Todopoderoso.

1º Juan 5:14-15. La voluntad de Dios se expresa en sus promesas. Hay que tener en cuenta que él «es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundante­mente de lo que pedimos o entendemos» (Efesios 3:20-21). Romanos 8:32 insiste en la misma expresión «todas las cosas»: «El que no escatimó ni a su propio Hi­jo, sino que le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?»

Dios siempre está dispuesto a oír a sus hijos, por eso nos exhorta a pedirle grandes cosas. Salmo 81:10. «¡Abre tu boca, y yo la llenaré!».

En Jeremías 33:3 se lee un conocido pasaje, que no siempre creemos con fe: «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces». Jeremías 32:16-17, 26-27. Dios afirma que nada es difícil para él y promete hacer grandes cosas.

Génesis 32:28. «Has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido». No hay que pelear contra Dios, sino perseverar ante él, en santa búsqueda de gran bendición: «¡No te dejaré, si no me bendices!» (Gén.32:26). Es orar «en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia» (Efesios 6:18). La Epístola de Judas también repite: «orando en el Espíritu Santo11 (v.20).

Al orar en el Espíritu no oramos en la carne. «Lo que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es» (Juan 3:6). «Velad y orad… el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil» (Mateo 26:41 y Marcos 14:38). Ver la parábola sobre la perseverancia en la oración en Lucas 18:1-7.

Juan 14:12. Leímos en los vs.13-14 la promesa del Señor, que ahora descubrimos en toda su extensión en este v.12.

Por Dr. John R. Rice y Dr. J. Oswald Sanders

Adaptado por Samuel O. Libert

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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