Estudios Cristianos – Reconocimiento del Don Predominante en Otros 2
Continuemos.
Muchos años atrás, fui al hogar de un amigo. Lo disfrutaba y me encantaba estar a su alrededor. Externamente, su casa era preciosa. Tenía riqueza escrita por todos lados. Pero cuando entré a su hogar, era casi como un chiquero. Estaba sucia, desordenada, desorganizada y aún la heladera tenía marcas de manos sucias por todos lados. Cuando él comenzó a prepararme un sándwich, yo decliné. «Hermano, esto está demasiado mal aquí adentro. Yo no puedo comer en esta clase de atmósfera. De hecho, ¡tu casa necesita una limpieza urgente!»
Él estaba grandemente avergonzado. «Lo sé. Mi esposa se rehúsa a mantenerla limpia. Yo pago por esta casa, pago la boleta de la luz y la cuenta del agua y me parece que lo menos que ella puede hacer es mantenerla limpia» Él estaba exasperado, avergonzado y humillado por eso.
«¿Cuánto hace que están casados?» Le pregunté.
«Veinte años»
«¡Tengo una palabra profética para ti, hermano! ¡Ella no limpiará esta casa! Nunca. Si has estado casado veinte años y ella mantiene una casa sucia, no es su don ni su deseo hacerlo.»
«¡Pero esa es su responsabilidad conforme a las Escrituras!». Él estaba humeando.
«Realmente no», le dije. «Puedes aferrarte a esa pequeña frase de enojo ‘ama de casa’ todo lo que quieras, pero no puedes encontrar prueba escritural que la responsabilidad de la mujer es aspirar su casa, hacer las camas y limpiar los baños. Esa es una expectativa cultural, no un mandamiento escritural», le dije. Le expliqué más aún: «Tu odias las tareas del hogar. Ella odia las tareas del hogar. Pero hay gente que ama las tareas del hogar. Es su negocio. Yo tengo dos damas que han sido una gran bendición en mi propia vida al limpiar mi casa», le expliqué. Luego le hice otra pregunta. «¿Cuánto tiempo te lleva ganar U$S150?»
«Como una hora y media,» él contestó. Era un vendedor.
«Quiero hacer algo por ti. Quiero pagarles a las dos damas que limpian mi casa para que limpien tu casa por tres días. Llevará por lo menos ese tiempo para que quede decente. La razón por la que quiero pagar para hacer esto es para que tengas un recuerdo de cuán bonito puede ser un hogar cuando está limpio y ordenado. Quiero que trabajes una hora y media extra cada mes para ganar otros U$S150 dólares. Toma los U$S150 dólares, extras para tener tu casa limpia.»
Le hice una pregunta muy seria: “¿Por qué te casaste con tu esposa? ¿Qué amaste más acerca de ella? ¿Cuál fue tu atracción hacia ella?» La atracción dominante determina la longevidad de la relación.
«Yo amo su risa. Ella siempre se ríe de mis chistes. Ella es tan divertida. Me encanta salir con ella», fue su respuesta.
«Entonces, mientras éstas dos damas limpian tu hogar en un día de limpieza cada mes, ¡lleva a tu esposa a comer fuera! ¡Siéntala en tu regazo en el jardín de atrás! Abrázala y bésala o cuéntale chistes que ella ama y disfruta. ¡Pero no le hagas hacer cosas que ella odia hacer cuando puedes proveer eso para ella y liberar su tiempo para disfrutarlo junto a ti!»
Algunos de nosotros no hemos reconocido la diferencia fuera de lo común y el don predominante en aquellos más cercanos a nosotros. Nos ha costado mucho.
El Reconocimiento del Don Predominante en Otros Multiplicará el Gozo Que Recibes de Ellos.
Extracto del libro “La Ley del Reconocimiento”
Por Mike Murdock
