Evangelismo – Cómo Dar un Buen Testimonio

 

 

Un Testimonio es la evidencia, testigo, fidelidad de un hecho a primera vista. Es una declaración pública de una experiencia religiosa. Cada uno tiene un testimonio, independientemente de cuál haya sido su pasado.

1. Componentes de un Testimonio.

A. Compartir una parte de tu historia de vida con el fin de referir y ayudar a alguien que tiene un problema similar. Por ejemplo: conducta adictiva, víctima de abuso, soledad, divorcio, etc.

B. Describir tu salvación del pecado y ¡cómo Dios te liberó!

C. Contar las circunstancias que te condujeron a Cristo y una experiencia específica con Dios, que te llevó a la salvación, que ejemplifique Su carácter.

 

2. Ejemplos de las Escrituras.

El relato de Lucas de la conversión de Pablo (Hechos 9:1-22).

Pablo testifica. Su pública confesión ante los hombres de su conversión (Hechos 22:1-21).

 

3. Consejos Generales.

A. Describe tu vieja vida llena de pecado como muerta. “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! (2º Corintios 5:17).

B. Sé sincero, lleno de gozo y entusiasta cuando describes tu nueva vida.

C. Comparte cómo la Palabra de Dios ha impactado tu vida y te cambió. Por ejemplo, si tú estabas…

Con ataduras. “Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres” (Juan 8:36).

Solitario. “El Señor su Dios siempre los acompañará; nunca te dejará ni te abandonará” (Deuteronomio 31:6).

Materialista. “¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?” (Marcos 8:36).

D. Dale esperanza a los oyentes. Presenta una comparación entre tu vieja y tu nueva vida. “Dios cambió mi egoísmo en generosidad. Él cambió mi maldición en alabanza. Él quitó mi vergüenza, ira y resentimiento y me dio paz, amor y perdón. Él quitó mi dolor y me dio gozo, etc. Si Dios hizo esto por mí, Él puede hacerlo por ti”.

E. Conserva un motivo puro. De esta forma otros podrían conocer a Jesús.

F. Mantén lo relevante.

 

4. Prepárate Para Cuando Compartas tu Testimonio Personal.

Toma tiempo para escribir y revisar tu testimonio.

Ensaya practicando tu testimonio frente a un espejo.

Una adecuada preparación te ayudará a evitar lo siguiente:

A. Predicar. Conserva tu propósito fundamental de decir lo que Cristo ha hecho por ti personalmente. No le prediques a la gente.

B. Hacer declaraciones que reflejen negativamente a la iglesia, otras organizaciones o personas.

C. Emplear palabras sin sentido para los no cristianos.  Por ejemplo, términos como santificado y redimido.  Explicar, si los empleas, su significado.

D. Ser demasiado extenso en detalles, repetitivo y usar palabras innecesarias.

E. Emplear muletillas (por ejemplo – umm, “ustedes saben”, «tú sabes», etc.)

F. Glorificar tu vida anterior depravada.  No estés orgulloso de tus pecados pasados.

G. Ser demasiado general o demasiado específico sobre tu pasado. Explica cómo el diablo trató de “matar, robar y destruir” (Juan 10:10) tu vida.

H. Disculparte de lo que Cristo te ha guardado. Muchos creen que si ellos no han sido librados de horribles estilos de vida, sus testimonios carecen de poder.  La capacidad de Cristo de guardarte de caer en pecado es realmente el más poderoso de los testimonios.

I. Ser deshonesto. Comparte la verdad. Es lo que hace que la gente sea libre. “Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:32).

 

5. Escribe tu Testimonio.

Nota: Si no tuviste problemas de adicciones a las drogas, reemplaza esas preguntas por las conductas erradas que viviste antes de conocer al Señor, o por las experiencias negativas que sufriste (violencia, abuso, etc.) y de las que el Señor te ha librado.

¿Dónde te criaste cuándo eras niño?

¿Cómo era tu vida familiar?

Dale ejemplos de cómo el ambiente en el que creciste te afectó.

¿Cuándo comenzaste a usar sustancias por primera vez?

¿Qué provocó que comenzaras a usar drogas?

¿Cómo y por qué?

¿Qué sustancias usaste?

¿En qué estado emocional te encontrabas?

Describe cómo progresó tu adicción. En la cima de tu abuso, ¿qué cantidad de sustancia estabas usando?

¿Qué hacías para mantener tu hábito?  Explica.

¿De qué cosa estás más arrepentido?

¿Has sido víctima alguna vez de algo por causa de tus “amigos” u otros? ¿Qué sucedió?

¿Has tenido alguna vez una relación abusiva (física o emocional)?  Explica.

¿Dónde vivías cuando estabas atado a las sustancias?

¿Cómo afectó tu adicción a tu familia?

¿Qué piensas que pudo haberte prevenido del abuso de sustancias?

¿Cuándo te diste cuenta que necesitabas ayuda?

¿Qué motivó finalmente que buscaras ayuda?

¿Cómo es tu vida ahora?  Por favor describe.

¿Qué ha restaurado Dios en tu vida?

Extracto del libro “Principios de Evangelismo”

Por Don Wilkerson, Mike Zello y Tim Zello

Artículo anteriorEvangelismo – EL SEGUIMIENTO DE LOS NUEVOS CREYENTES
Artículo siguienteReflexiones – ESTAR QUIETO…
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre