nuevo-1Artículos – El Abuso Sexual 2

 

El Dolor de los que Sufren en Silencio (2º parte)

“Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor”. (Jeremías 30:17).

 

Concluimos el tema anterior diciendo que los niños TIENEN QUE SER CREIDOS cuando afirman algo con respecto al abuso.

El niño abusado por su padre y no creído por su madre queda huérfano, psicológicamente hablando. Del silencio nace el temor, pero por otro lado, quedándose callado “protege” a su familia, a su madre o a él mismo. Con el correr del tiempo la sensación de culpabilidad y maldad irá en aumento. Este secreto puede durar años y la gran mayoría lo revelan en su adolescencia cuando ya poseen los recursos para rebelarse contra el abuso; otros lo mantienen en secreto durante toda su vida y sufren en silencio y soledad.
La gran mayoría de los niños mantienen el secreto debido a tres factores:
1. Por miedo al enojo de la madre.
2. Por miedo a la venganza del padre.
3. Para evitar la ruptura del hogar.

No es fácil para la niña poder sentirse amparada cuando el abusador es alguien jerárquicamente superior a ella, alguien a quien ella debe “respetar y obedecer”. Así la hija se PARALIZA, se siente desamparada y desprotegida. No puede hacer nada porque ni siquiera sabe qué puede hacer.

Ante el abuso la mayoría de los niños NO PUEDEN REACCIONAR Y QUEDAN PARALIZADOS. Esta sensación posteriormente le generará culpa: “¿Por qué no grité?”, “¿por qué no me lo saqué de encima?”, “¿por qué no lloré?”, “¿por qué no le dije no?”, etc.

Entender estos sentimientos es importante porque paulatinamente el odio que siente hacia el abusador lentamente se irá dirigiendo hacia sí misma por creer que provocó o por creer que podía haberse defendido y no lo hizo. Debemos enseñarle que más allá de cualquier circunstancia ELLA (O EL) NO TUVO MAS REMEDIO QUE QUEDARSE  CALLADA Y SOMETERSE.
Lo que hacen generalmente los niños abusados es “hacerse los dormidos”, cubrirse con la frazada y hacer como si nada hubiese pasado. Así el niño pelea con sus miedos en silencio todas las noches.
Ante el abuso reiterado (que es el que se da con más frecuencia) lo único que le queda por hacer al niño es aprender a sobrevivir, a “acomodarse”, a esa situación tan desagradable. Dado que no puede formarse la idea de un padre cruel y tirano, comienza a verse a ella misma como la culpable. Esto explica por qué muchas niñas que fueron abusadas se ven a sí mismas como “prostitutas”, o incluso luego desarrollan conductas sexualmente seductoras frente a los demás.
La niña queda atrapada en una situación de la que no puede salir: Si calla el secreto se siente cómplice, angustiada y culpable. Si lo dice puede destruir a la familia y a los padres.

Muchas padres de adolescentes niegan el abuso diciendo cosas como: “es una rebelde”, o  “está inventando estas historias por venganza”, o “de pronto me odia y no sé por qué”.

Muchas madres son cómplices abiertas del incesto. Algunas “entrenan” con películas pornográficas a sus hijas para que le den satisfacción sexual a su padre. Otras se van deliberadamente en el momento en que se produce el abuso. Hay quienes “invitan” a la hija a ver T.V. junto al padre en la cama, o que le muestre al padre la ropa interior nueva que usa. Los motivos por los que una madre actúa de esta forma pueden ser varios: retener al esposo, retener el apoyo económico, odio hacia su hija, frigidez, etc.
Por otro lado, hay abusos que se realizan sin que la madre ni siquiera lo sospeche, generalmente cuando esta sale del hogar a trabajar o a realizar otras  tareas.

 

Necesitamos Prevenir.
Es importante comenzar a hablar del abuso sexual infantil.

Es importante que los niños no estén al alcance de vecinos, no mandarlos solos o dejarlos solos con familiares, especialmente en hogares donde hay alcohol y drogas. Si hay alcohol y drogas, seguramente habrá abusos sexuales.

Es importante enseñarle a los niños a no guardar secretos. Enseñarles que nadie tiene derecho a tocarlos. Enseñarles que si alguien intenta o induce a desvestirlos parcial o totalmente están en peligro (esto debe enseñarse con naturalidad y sin alarmismos, ya que prevenir no es temer).

Es importante mantener una buena comunicación y sin secretos entre los miembros de la familia: esto le ayudará a los niños a sentir y saber que pueden hablar de cualquier tema sin ser censurados o tratados como mentirosos.

Es importante enseñarles a los niños cuáles son las conductas que pueden desembocar en abuso sexual.

Es importante entender que es difícil que los niños comiencen a hablar del tema por sí mismos. De ahí que padres y adultos significativos deben hablar con ellos sin prejuicios.

Es importante que la gente que sospecha o sabe algo que HABLE, primero con la víctima. No reaccionar cuando el abuso ya está realizado, sino ANTES, cuando uno sospecha.

Es importante denunciar al abusador ante la comisaría o el juzgado, dado que al ser un acto privado, si no hay denuncia no habrá acciones legales.

“Sáname, oh Señor, y seré sano; sálvame, y seré salvo”. “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor”. (Jeremías 17:14 y 30:17).

 

Extracto del libro «Perversiones Sexuales»

Por Bernardo Stamateas

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