Padres e Hijos – Cómo Disciplinar a Nuestros Hijos 1

 

 

1. La Disciplina Que tu Hijo Necesita.

Antes de empezar a hablar de disciplina lea esto…

La disciplina no es algo que pueda empezar en un día espe­cial o en el momento en que se dé cuenta de que su hijo tiene un problema. No puede levantarse un día y decir de repente: «Caramba, tengo un chico de 5 años que es bastante capri­choso, y ahora tengo que imponer algunas reglas para que las cosas no empeoren».

Si un padre piensa de esa manera, está ante un serio problema. ¿Por qué? Porque no marcó una pauta ni estableció una atmósfera para la disciplina. El error que muchos padres cometen es comenzar a actuar cuando el chico es adolescente, y lo único que obtiene es una situación de rebeldía.

Los padres deberían comenzar a disciplinar a sus hijos desde el mismo momento en que nacen, estableciendo pautas adecuadas a cada etapa evolutiva y logrando una orientación eficaz.

 

¿Cuándo Empieza Realmente la Disciplina?

Empieza con la manera en que los padres manejan las necesi­dades y molestias de su bebé, cuando toman en cuenta su edad y nivel de desarrollo, cuando el niño no duerme en la noche durante los primeros seis meses; cuando se tolera que un niño de un año derrame la leche y tire los alimentos al piso.

Se inicia en el momento en que los padres aceptan al niño tal como es y entienden que en todos sus niveles de desarrollo tienen distintos temores y que ellos deben cumplir con obliga­ciones específicas en cada etapa.

Ser padres con disciplina implica tener objetivos y metas para los hijos.

Los padres competentes tienen una idea de lo que quieren para sus niños. Pero aquello que deseen y las metas soñadas deberán ser realistas con las aptitudes físicas y emo­ciona les. Una vez que los padres saben qué es lo que quieren y esperan de su hijo, el siguiente paso es descubrir el mejor camino para lograr sus propósitos.

Saber cómo enfrentar los diferentes comportamientos, buenos y malos, va a generar en los padres un sentimiento de autoconfianza. También aumen­tará la autoestima de los hijos, que se sentirán mejor con ellos mismos cuando sus padres evidencien seguridad y establezcan reglas claras.

La primera disciplina de los padres tiene como objetivo enseñarles a los niños a protegerse y a ser miembros de la fami­lia. Las técnicas disciplinarias y de control que los padres emplean con los bebés incluyen la sociabilización y la autoprotección.

Es vital que se establezcan los límites y se enseñen las reglas para ayudar a los niños a socializarse, a fin de que vivan sin conflicto alguno tanto en su casa como en cualquier otro lado.

Las siguientes son algunas de las primeras técnicas disciplina­rias que los padres deben usar con niños pequeños:

 

A. Enseñar límites.

Es muy importante que los padres combinen las palabras con una acción rápida cuando enseñan los límites a los niños y les hagan saber las reglas de la familia.

 

B. Usar la Distracción.

Como funciona muy bien, la mayor parte de los padres han usado esta técnica con niños pequeños. Si bien la distracción también se puede usar en niños mayores, es más eficaz en los preescolares.

 

C. Proporcionar Substituciones.

Esta técnica funciona muy bien en niños pequeños, y a veces ayuda a un padre cansado de decir con frecuencia: ¡No, o No hagas eso!

 

D. Hacer de la Disciplina un Juego.

Lo mejor es que a esa edad haga de las cosas importantes, como una técnica disciplinaria, un juego. Con esta técnica dis­ciplinaria logra un objetivo inmediato y evita un enfrentamiento grave. Una confrontación real entre padre e hijo sería una batalla de voluntades que resultaría improductiva y fracasaría en enseñarle al niño algo importante.

 

E. Limitar el Acceso a Objetos y Actividades.

Si quiere evitar tener que recoger muchos juguetes, entonces limite el acceso a objetos y actividades. Esto significa que el niño guarde algunos elementos antes de que empiece a jugar con otros, o quitarle de la vista algunos juguetes para que sólo tenga un determinado número por vez.

 

F. Mantener la Casa sin Riesgos Para el Bebé.

Tener una casa a prueba de niños significa quitar objetos que le llamen la atención o produzcan tentación, en lugar de gri­tar «No». Es necesario proteger a los niños de sus propios impulsos de tocar, así como de una serie de controles que aún no desarrollan.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Dejadlos Venir a Mí”

Por Daniel Bravo

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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