Familias Cristianas – Cuando un Padre Reconoce a su Hijo 4

 

Continuemos.

Cuarenta años más tarde, Moisés va caminando y se encuentra con un arbusto encendido que empieza a hablarle: «Moisés, tengo una tarea muy, pero muy grande», le dice Dios. «Te ofrezco la oportunidad de tu vida, te propongo dejar las ovejas, contratarte para que seas mi libertador, te voy a dar mis dones, mi poder, vas a ir en mi nombre, vas a hacer milagros. No naciste para criar ovejas sino para sacar a dos millones de personas de la esclavi­tud…». Es decir, ¡se le presentó la gran oportunidad de su vida! pero Moisés dijo que «no» porque cuando un hombre no fue validado por su papá, va a dejar pasar delante de sus ojos, las mejores oportunidades de su vida.

Un hombre que no tuvo el reconocimiento, la fuerza o la firmeza, que no gozó de la confianza de un jefe, gobernador o padre, que no fue validado en su espíritu por su papá, Dios le podrá mostrar las mejores oportunidades, pero después se dará cuenta y dirá: ¡cuántas cosas se me fueron de las manos!, ¡cuántos negocios en los que pude ganar un montón de plata!, ¡cuántas cosas se me escaparon y no entendía por qué! Eso le pasó a Moisés, hasta que Dios lo validó como papá.

El problema de Moisés era que nunca un papá le dicho: «Hijo, ¡sos un capo!»; «¡Sos un diez!». Así que Dios irrumpe en su vida y le dice: «Moisés, en este primer seminario de la vida, antes de que entres al liderazgo y hagas cosas grandes, necesito hacerte sanidad interior; necesito entrar a las fibras más profundas de tu corazón, y decirle a lo íntimo de tu espíritu que sos lo más grande que hay».

Cuando Moisés fue confirmado por Dios, como todo hombre cuando recibe la fuerza del padre, es sellado y afirmado por Dios. Dios le da lo que sus papás no le dieron, y ese hombre sin lugar a dudas será el próximo Moisés, será un conquista­dor, será un libertador que no temerá enfrentarse a Faraón, no temerá abrir el Mar Rojo y no temerá meterse en medio del desierto; ese hombre será alguien que conozca el poder de su Dios.

Jesús no fue validado por su papá. Nació del Espíritu Santo que vino sobre la virgen María, quien era sólo una jovencita, le dijo: «Concebirás un hijo que salvará a su pueblo». María corrió donde su novio José y le dijo: «El Espíritu Santo me embarazó». Y José no le creyó. Pero Dios le habló a José, se le apareció en sueños y le dijo que lo que María había dicho era verdad.

Durante la infancia de Jesús no supimos nada de José, apenas una o dos cosas; pero cuando cumplió 30 años, fue al Jordán a bautizarse (nunca José lo había validado diciendo «sos un capo, sos el mejor de mi vida») y mientras estaba en el agua, el cielo se abrió. Entonces Dios, luego de cuatro­cientos años de silencio, abrió su boca audiblemente y dijo: «Este es mi Hijo Amado en quien Yo tengo complacencia».

La palabra «complacencia» quiere decir «este es un capo», «este es un genio», «este es mi hijo». Dios volverá a abrir los cielos delante de tu cabeza varón y te dirá: «sos un capo, sos mi hijo; papá te abandonó, tal vez tuvo ambivalencia, tal vez solamente te dio cosas materiales y los años pasaron, y así creciste con un hueco en tu carácter, con conductas que nunca entendiste».

Otro ejemplo es Timoteo quien era un hombre de Dios criado por la mamá y por la abuelita, pero el papá era un incrédulo y nunca lo validó. Pablo tomó el lugar del papá. Luego, cuando escribe a los corintios y les dice: «Ese es mi hijo, y Yo soy su padre». Porque padre no es el que te parió, es el que te validó.

Un dato importante: Jesús le dijo a los discípulos que a nadie en la tierra llamen padre, ni rabí, ni maestro. ¿Qué les quiso decir con eso? Quiso decir que tu papá no es el que se puso el título, sino el que te validó. Padre, maestro, rabí, es el que vino a tu vida y se hizo el menor para servirte.

Extracto del libro “Emociones Lastimadas”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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