Familias Cristianas – Entregar a Nuestros Hijos en las Manos de Dios 2

 

Continuemos.

Ana hizo un trabajo tan minucioso de entregar su hijo al Señor, que cuando Samuel cesó de ser alimentado por el pecho materno, ella lo llevó al templo para que viviera con el sacerdote Elí. Lo hizo para cumplir con un voto que hiciera a Dios referente al niño, así que no te preocupes (o abandones tus esperanzas, según sea el caso); el Señor no te pedirá que dejes tu hijo en la oficina de la iglesia para que el pastor y su esposa lo críen. El punto es que Ana entregó su hijo a Dios y luego hizo como Él le instruyó. El resultado fue que Samuel se volvió uno de los mayores profetas de Dios que el mundo haya conocido.

Nosotros no deseamos limitar la obra de Dios en nuestros hijos, aferrándolos a nosotros y pretendiendo ejercer el papel de padres sin su ayuda. Si no estamos seguros de que Dios está en control de las vidas de nuestros hijos, seremos gober­nados por el temor. Y la única forma de estar seguros de ello, es entregando nuestras riendas y dejando que Él tenga pleno acceso a sus vidas.

La manera de hacerlo es vivir de acuerdo a su Palabra y sus caminos y llevar ante Él, todo en oración. Podemos confiar en que Dios tendrá cuidado de nuestros hijos incluso mejor que nosotros. Cuando entregamos a nuestros hijos en las manos del Padre y reconocemos que Él está en control de sus vidas y las nuestras, tanto ellos como nosotros, disfrutaremos de mayor paz.

No podemos estar en todas partes; pero Dios sí. No podemos verlo todo; pero Él sí. No podemos saberlo todo; pero Dios puede. Sin tener en cuenta la edad de nuestros hijos, dejarlos en las manos de Dios es una señal de fe y confianza en Él y es el primer paso hacia establecer una diferencia en sus vidas. Las oraciones por nuestros hijos comienzan allí.

Oración Por Tu Hijo.

«Señor. Vengo a ti en el nombre de Jesús y te entrego a (nombre del niño). Estoy convencida de que solo tú conoces lo que es mejor para él (ella). Sólo tú sabes lo que él (ella) necesita. Lo entrego a ti para que le cuides y protejas, y me comprometo a orar por todo lo concerniente a él (ella) que se me ocurra o que tú coloques en mi corazón. Enséñame a orar y guíame en ello. Ayúdame a no imponer mi propia voluntad cuando esté orando por él (ella), sino más bien capa­cítame para suplicar que tu voluntad sea hecha en su vida.

Gracias por permitirme compartir contigo la crianza de él (ella), y así no tener que hacerlo sola. Estoy agradecida de no tener que descansar en los métodos no confiables y siempre cambiantes del mundo, para la educación del niño(a), sino que cuento con direc­ciones claras de tu Palabra y sabiduría, mientras cla­mo a ti en busca de respuestas.

Gracias, Señor, por el precioso regalo de este niño, porque tu Palabra dice que toda buena dádiva viene de ti. Yo sé que tú me lo has dado, para que yo lo críe y cuide. Ayúdame a hacerlo. Muéstrame áreas donde yo continúo reteniéndolo y ayúdame a entre­garlo a tu protección, dirección y consejo. Ayúdame a no vivir en temor de posibles peligros, sino en el gozo y paz de saber que tú estás en control. Yo descanso en ti para todo, y en este día te confío a mi hijo y lo deposito en tus manos».

Extracto del libro “El Poder de los Padres Que Oran”

Por Stormie Omartian

Artículo anteriorFamilias – LA ORACIÓN GARANTIZA LA PROTECCIÓN CONTRA EL MAL 1
Artículo siguienteFamilias – ENTREGAR A NUESTROS HIJOS EN LAS MANOS DE DIOS 1
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre