Padres e Hijos – Los Grandes Cuadros de las Enfermedades Infantiles 2

 

Continuemos.

Por su naturaleza psico-emocional se trata de desequilibrios de la personalidad que perturban las relaciones interperso­nales y sociales. Comprende al amplio campo de los estados neuróticos y trastornos emocionales y de conducta, en una variada gama de síntomas que van desde inapetencia o pesadillas nocturnas hasta asma infantil, fobias, crisis histéricas o defectos del habla como la tartamudez.

Son casi siempre expresión de un conflicto con el medio, especialmente en la relación con los padres; el componente afectivo emocional es el centro del desequilibrio o trastorno de conducta. En este grupo se encontrarán los problemas de conducta que son comúnmente observados en la escuela y, aunque puedan responder a otros motivos, casi siempre tra­ducen conflictos familiares o dificultades de adaptación surgi­das en la misma experiencia escolar.

 

3. Enfermedades de Origen Mixto o Indeterminado.

Aquí se incluyen los estados patológicos del psiquismo infan­til cuyas causas obedecen a la asociación de factores pertenecientes a los dos grupos anteriores, es decir, que sur­gen de la confluencia de causas orgánicas o genéticas con fac­tores ambientales. Muchas veces es difícil establecer con claridad la participación de uno o ambos factores, o sus causas permanecen indeterminadas.

Como se mencionara al comenzar este tema, se han diferenciado los distintos cuadros patológicos para tener una mayor comprensión de los distintos factores que pueden provocar una afección en el niño. Por otro lado si bien la atención y el cuidado pastoral son para todo ser humano, aquel que ministre a niños debe tener sumo cuidado cuando se encuentra con una patología provocada por una alteración en el nivel orgánico.

En este trabajo, el foco se centrará en las patologías correspondientes al segundo grupo, el de Patología Ambien­tal, en el cual están asociados trastornos emocionales y con­ductas neuróticas.

A continuación desarrollaremos un cuadro que nos permi­tirá diferenciar los distintos grupos:

 

A. Cuadros de Patología Orgánica.

  • Enfermedad provocada por la destrucción o lesión, genera­lizada o parcial del tejido o centros del sistema nervioso.
  • Patología causada por infecciones encefálicas, traumatismos craneales o intoxicaciones.
  • Afecciones de origen hereditario o adquirido. Las adquiridas se dividen en prenatales (embarazo), natales y posnatales (lactancia).

 

B. Cuadros de Patología Ambiental.

  • Ausencia de factores orgánicos.
  • Expresión de conflictos o frustraciones acontecidos en la familia o en el grupo social Relevancia de los factores emocionales.
  • Problemas de conducta o estados neuróticos.
  • Trastornos funcionales reversibles.

 

C. Cuadros de Patología Mixta.

  • Conjunción de factores genéticos y ambientales.
  • Dificultad para establecer la participación de una de las causas.
  • Ausencia de factores orgánicos que provoquen lesiones cere­brales.
  • Alteración de toda la personalidad (psicosis), o sólo de fun­ciones específicas, tartamudez o dislexia.

 

4. Aprendiendo a Ser Padres: El Niño Especial, su Familia y la Iglesia.

Desde la antigüedad, los hombres decidieron colocar al deficiente en el lugar de la segregación, ya sea señalándolo como el depositario del mal, el poseído por el demonio, separán­dolo de la comunidad junto con los locos y los criminales, sin descartar la posibilidad de matarlo, o por el contrario sobrevalorándolo y adjudicándole poderes extraordinarios: el tonto como poseedor de la presencia divina.

Mientras en las ciudades griegas eran ocultados, en Egipto eran adorados. En Esparta, un consejo de ancianos ordenaba hacerlos caer desde lo alto de los montes Taigeto.

En la Edad Media eran recluidos en hospitales generales con características de prisión, y San Agustín sostuvo la idea de que estos niños nacían para expiar las faltas de quienes los precedieron, como un castigo divino a la humanidad, y al mismo tiempo expresaba: «Son a veces tan repulsivos que no tienen más espíritu que las bestias».

Hacia el Renacimiento, Martín Lutero profirió una maldición e instaba a rezar para que el Señor diera caza al demonio que habitaba en estos seres, que no eran otra cosa que una masa de carne sin alma.

Y la segregación continuó a lo largo de la historia: con el asesinato «científico» de los Nazis, con las postulaciones fan­tasiosas de una raza que viene de otra parte, con las madres que hoy en día retiran a sus hijos «normales» del Jardín de infantes cuando ingresa un niño con Síndrome de Down.

De alguna manera, nuestra cultura ha trazado una frontera para aquellos individuos cuyo cociente intelectual no sobrepasa cierto número, y les ha delineado un país, un mundo.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Dejadlos Venir a Mí”

Por Daniel Bravo

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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