la-guerra-espiritual-desde-un-enfoque-correctoGuerra Espiritual – La Guerra Espiritual Desde un Enfoque Correcto 1

 

Pasaje clave: Efesios 6.10-12.

 

A. Una Guerra Justa.

He oído hablar a algunos siervos de Dios, diciendo que la iglesia no tiene por qué pelear contra el diablo y sus demonios, ya que «de Dios es la guerra» y Él es el único que puede combatir con las altas jerarquías de las tinie­blas. Aluden también, que el pelear los hijos de Dios a estos niveles, no es de Dios. Nada puede ser más malentendido y falso que lo que le acabo de narrar, y usted se va a dar cuenta, claramente, por qué.

Lo primero que tenemos que entender es que el diablo, en todo el supuesto poderío con que algunos lo quieren ver, no es más que una criatura, y además, caída. Al compararlo con Dios, no es más grande que una mosca, a quien el Señor, con un simple soplo y sin mucho esfuerzo, lo desintegra. Si el plan de Dios fuera pelear El sólo la batalla, hace mucho que ya no habría diablo.

Piense un momento en lo infinitamente poderoso que es Dios. La tierra en todo su esplendor es tan sólo el estrado de Sus pies. A Su voz, se formó todo el universo. Los cielos de los cielos no lo pueden contener. Entre las muchas cosas grandiosas que la Escritura dice encontramos los Salmos 93.1-4 y  Salmos 97.5.

Nada hay que se pueda comparar con Su gloria y Su poderío. Y entre las cosas que lo hacen infinita­mente grande, es que es infinitamente justo. Es incapaz de hacer nada injusto. Por esa razón, es imposible que Dios haga una guerra de tú a tú con el diablo. Sería una guerra terriblemente injusta, ver a un Dios poderosísimo en contra de una diminuta criatura caída. Pero como esto es imposible, Dios planificó cómo derrotarlo y llevarse Él toda la gloria.

Su plan fue, entonces, que alguien hecho menor que los ángeles, fuese quien lo derrotara. De esta manera, Jesús, Su Hijo unigénito, se humilló, y se hizo hombre para deshacer las obras del diablo. (1 Juan 3.8, Hebreos 2.7-8).

¡Qué gloria tan grande y qué plan tan grandioso, derrotar al diablo con una criatura hecha menor que él! Cuando Jesús, hecho hombre, venció en la cruz del Calvario, derrotó categórica y absolutamente todo el imperio del diablo, desde la más alta autoridad en el reino de las tinieblas hasta la más pequeña. Ahora, esto no significa, como piensan algunos, que ahí se acabó el caso y, entonces, ya no hay que pelear.

De Él también fue dicho: «Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un sólo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios. Allí estará esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies» (Hebreos 10.12-13). Y si está esperando, claramente nos da a entender que alguien más los tiene que poner en esa posición, y quien lo tiene que hacer es la Iglesia. Pablo lo dice en Efesios 3.9-10.

Tenemos que entender que todas las victorias de la cruz son absolutas y perfectas. Pero Dios delega al cuerpo de Cristo, la Iglesia, para que venga el cumplimiento en la tierra. Analicemos esto: ¡Jesús murió por la salvación de todos los hombres! Esto se cumplió en la cruz y es irrevocable. Pero esto no significa que todos los hombres son automática­mente salvos, ya que la Iglesia tiene que predicar el Evangelio, y los inconversos, aceptarlo.

Otra victoria de la cruz, es que Jesús llevó todas nuestras enfermedades y todos nuestros dolores. Esto es absoluto y verdadero. La Iglesia tiene que orar y recibir por fe su sanidad. De otra manera, no pasa nada.

La misma verdad se aplica a que Jesús venció sobre todo el poder del diablo, pero esto no significa que ya no hay diablo y que la Iglesia no tiene que hacer nada.  Como acabamos de leer, el cuerpo de Cristo tiene que anunciarle a los principados y a las potest­ades en las regiones celestes que Jesús los venció en la cruz, y entonces, tomar autoridad sobre ellos. Desde luego, es Cristo en nosotros el que pelea las batallas, y de esta forma, el poder de Dios es desatado en contra del diablo.

Es por medio de la oración del justo, que las bases legales son establecidas para que Dios actúe. A mayor conocimiento, autoridad y unción en el guerrero de oración, mayor será la intervención de Dios. Dios siempre ha usado al hombre para ser el canal a través del cual Él envíe Su poder.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Guerra de Alto Nivel”

Por Ana Mendez Ferrel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

8 Comentarios

  1. Gracias; siempre vuestro ministerio me ha sido de bendición; cada día antes de empezar a trabajar mi computadora es abierta al «devocional» y también me es oportuno ver los últimos estudios, nuevamente gracias y sean benditos en vuestro servicio al pueblo.

  2. muchas gracias , por esos refrigerios ESPIRITUALES que nos dan cada dia, que DIOS los siga bendiciendo y llenandolos de mucha sabiduria , me gusto mucho el tema de LA GUERRA ESPIRITUAL, pues es lo que mas tenemos que aprender ahora ,sabernos defender del enenmigo y no caer ………

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