la-guerra-espiritual-desde-un-enfoque-correctoGuerra Espiritual – La Guerra Espiritual Desde un Enfoque Correcto 2

 

Continuemos.

En el Antiguo Testamento, en la guerra más grandiosa que Dios manifestó Su poder usando un hombre como canal, fue en la liberación de Israel del cautiverio de Egipto. En esa guerra, Jehová no hizo nada sin Moisés. La obediencia y el coraje de este gran siervo para confrontar a Faraón y a los dioses egipcios, fueron determinantes para libertar a Israel (Amos 3.7).

«De Dios es la guerra». Esto significa que el Espíritu Santo revelará a Sus siervos, los profetas, las estrategias y la palabra que tiene que ser declarada para vencer. Esto desata el poder de Dios sobre principados y potestades, y los santos obtienen la victoria. No es un asunto de decir: «Dios, te lo dejo todo a ti. Nosotros no nos metemos con las fuerzas de las tinieblas en el segundo cielo».

 

B. La Guerra es en las Regiones Celestes.

1. ¿Cómo es el Mundo Espiritual?

Cuando hablamos de guerra espiritual, no sólo debemos conocer las artimañas de nuestro enemigo, sino el terreno donde se pelea la batalla. La Biblia nos habla claramente de este campo de combate (Efesios 6.10-12).

Una de las corrientes de opinión que están circu­lando entre el cuerpo de Cristo, alude que Jesús, a quien le fue dada toda autoridad en el cielo y en la tierra, sólo nos dio, a su Iglesia, autoridad en la tierra. Que bajo ninguna circunstancia tenemos autoridad en lo que se conoce como el segundo cielo, o el ámbito espiritual donde se mueve el diablo, ya que en estas regiones celestes sólo Dios puede pelear, lo cual es verdad en cierto sentido, pero no lo hará sin que haya una oración correspondiente en la tierra.

La verdad es que este tipo de pensamiento, nacido de sueños que alguien tuvo y de conjeturas humanas, no es otra cosa que un espíritu de error infiltrado en la Iglesia, y que no tiene ningún fundamento en la Escritura que pueda ser probado. Analicemos estas corrientes desde el punto de vista bíblico. Veamos la traducción de Efesios 6.12 en varias versiones.

  • «….Huestes espirituales de maldad en las regiones celestes». (American Standard)
  • «…Espíritus de maldad en lo alto». (Twentieth Century New Testament)
  • «…Huestes espirituales levantadas en contra nuestra en la guerra celeste». (New Testament Weymouth)
  • «…Contra influencias malignas en jerarquías más altas que nosotros». (Knox)
  • «…Y agentes espirituales desde los mismos cuarteles del mal». (Nuevo Testamento en Inglés Moderno – Phillis)
  • «…Contra gran número de espíritus de maldad en el mundo espiritual». (Biblia parafraseada – Taylor)
  • «…Huestes espirituales de maldad en el mundo espiritual». (Biblia Amplificada)

En todas estas traducciones, vemos que hay una coherencia en que la guerra se lleva a cabo en el ámbito espiritual, desde donde el diablo opera. En ninguna parte de la Escritura, vemos que Dios haga diferencia entre un mundo espiritual terrenal y un mundo espiritual celestial demoníaco, como si hubiese una raya invisible que lo dividiera. En un principio, cuando Dios hizo al hombre, estaba claramente ubicado el cielo de Dios y la tierra. Cuando Adán le entrega el dominio de la tierra al diablo, todo el segundo cielo invade la tierra para gobernarla.

Lo terrenal es el mundo material. Lo espiritual es el mundo invisible. Un demonio habitando un cuerpo físico no se ha vuelto terrenal; sigue perteneciendo al mundo invisible y tiene que lidiarse espiritualmente.

Cuando el apóstol Pablo se refiere a huestes espir­ituales de maldad en las regiones celestes, éstos son precisamente los espíritus que habitan u operan a través de la gente. Sin embargo, dice que se han de lidiar en el ámbito espiritual o las esferas celestes. El mundo espiritual no cambia según la altura en la que operan los poderes de las tinieblas. Es un mismo ámbito, actuando indiferentemente, arriba o abajo.

Hay quienes piensan que si una potestad de las tinieblas se le presenta a un creyente en la tierra, entonces, tiene autoridad para pelear contra ella. Pero si la potestad está en el segundo cielo, entonces ya no tiene autoridad. Para mí, esto es una percepción poco clara del mundo invisible y que da lugar a que sea mal interpretada. El ámbito denominado como regiones celestes no tiene límites divisorios ni tampoco un arriba y un abajo. Es una dimensión diferente a la nuestra, pero que opera en medio de nosotros.

Como profeta de Dios y como general de guerra y de liberación, he visto muchas veces este ámbito. También lo he visto muchas veces cuando pertenecía al ejército del enemigo. Es una dimensión donde hay diversas regiones, lugares de cautiverio, lugares de tormento, terribles fortalezas de gobierno, pozos de aprisionamiento, desiertos, lugares de densas tinie­blas, donde los poderes de las tinieblas se mueven por todos lados, sin haber un arriba y un abajo. Y todo eso está en medio del mundo terrenal. Pero si lo tratamos de entender con la mente natural, como una región arriba celestial (segundo cielo) y otra abajo terrenal, inevitablemente habrá confusiones. Las cosas espiri­tuales se han de discernir espiritualmente.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Guerra de Alto Nivel”

Por Ana Mendez Ferrel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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