percances-o-accidentes-de-guerraGuerra Espiritual – Percances o Accidentes de Guerra 7

 

Continuemos.

El libro de Job nos habla de cómo perdió todo (familia, bienes, salud) y cómo también Dios obró poderosamente en su vida. El Señor tenía un diseño glorioso para Job, pero también sabía que a los niveles del conocimiento de Dios al que Él quería llevarlo sólo podían lograrse a través de una profunda tribulación.

Dios siempre estuvo en control de todo. Satanás jamás estuvo ganando esa batalla, ni aún en medio del dolor más extremo. Era Dios, quien siempre levantó la bandera de triunfo en el mundo espiritual, hasta que éste se manifestó en la total trasformación y prosperidad de Job. Dios siempre tuvo en mente el bien de Job, y Sus ojos estaban de continuo en el maravilloso propósito que Él estaba forjando en la vida de Su siervo.

Otro caso como este es cuando Satanás le pide a Jesús que le entregue a Pedro para zarandearlo como a trigo. Desde luego, Satanás no le da órdenes a Jesús, sino que el Hijo de Dios ya tenía un plan glorioso para Su discípulo a través de un tremendo sacudimiento de Su alma. Jesús es el que aprueba la acción del diablo, y Él va entonces a interceder para que su fe no falte.

Pedro va a pasar por momentos de infierno, de deses­peración absoluta después de negar a Jesús; pero el resultado de esa tribulación es que él sea purificado en su hombre interior para después afirmar a sus hermanos (2 Timoteo 2.12).

También dice: «El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados» (Romanos 8.16-17).

En la iglesia primitiva el sufrimiento era la forma de vida que adoptaron los apóstoles para que el mensaje de la cruz llegara hasta los últimos confines de la tierra. Ellos no buscaban cómo evadir el dolor, sino que habían entendido el profundo nivel de gloria a que éste conlle­vaba. Fíjese como Pablo tiene un entendimiento tan diferente al mundo cristiano de estos últimos tiempos en Filipenses 3.8-10.

Él mismo decía también: «Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, llevamos siempre en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos, pues nosotros, que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal» (2 Corintios 4.7-11).

¡Qué entendimiento tan alto, y qué enfoque tan sublime! He aquí alguien que sabe lo que está buscando, cuyas metas son celestiales. Su objetivo es que toda la vida resucitada y poderosa de Jesús se trasluzca y se manifieste en Su cuerpo de carne, para que el mundo vea literalmente a Jesús en él.

Él no está preocupado de que el diablo le robe el carro, o si se le rompe un hueso; no tiene contemplado en sus valores el perder la libertad o la vida. Él sabía, porque Dios se lo había hablado: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfec­ciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Corintios 12.9-10).

Para él, todo es ganancia. La muerte es la victoria anhelada que lo pondrá en todo poder al lado de su amado Jesús. Está dispuesto a sufrirlo todo y perderlo todo, con tal de llevar el Evangelio a los perdidos. Él es un verdadero soldado del Señor, un general que inspira y nos llena de denuedo y compasión para luchar por las naciones. Tanto Pablo como los demás discípulos, sabían que avanzar el reino de Dios tenía un precio muy alto.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Guerra de Alto Nivel”

Por Ana Mendez Ferrel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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