Hombres Cristianos – La Tarea del Hombre 3

 

Continuemos.

Hombres, yo quiero presentarles a ustedes uno de sus propósitos principales. Es muy sencillo, y no tiene nada de complicado. Tú no tienes que tratar de ser como Batman. Tú no tienes que competir con nadie más. Tú no tienes que tener grandes músculos. Tú puedes pesar sólo cuarenta kilos, y todavía puedes cumplir con tu propósito y no vas a tener ningún problema. Dios te dio la tarea de trabajar.

Ahora bien, ya puedo escuchar que alguien dice: «Estoy tan enojado con Adán. Debido a que Adán pecó, ahora yo tengo que ir a trabajar». Yo tengo noticias para ti: el trabajo fue asignado para el hombre en Génesis 2, lo cual es antes de la caída del hombre. En otras palabras, amigo mío, el trabajo no es una maldición. Permíteme darte la razón principal de por qué Dios te dio el trabajo. Esta razón nos es dada en Génesis 2:2-3.

Dios mismo trabajó cuando creó al mundo, y Él todavía sigue trabajando hoy para llevar a cabo Sus propósitos. Por ejemplo, Pablo dijo en Filipenses 2:13: «Es Dios el que obra en vosotros el querer y el hacer de acuerdo a Su buena voluntad». Debido a que ustedes han sido hechos a la imagen y a la semejanza de Dios, es que ustedes han sido diseñados para trabajar. Pero deben recordar que el trabajo debe incluir creatividad y cultivación, y no consiste sólo en una rutina. Y también está supuesto a mantenerse en su propio lugar.

En Génesis 2, la Biblia dice que Dios trabajó muy duro y que terminó Su trabajo, de tal manera que El dejó de trabajar y descansó. El no tuvo que trabajar hasta media noche, y tampoco trabajó los siete días de la semana, por el puro hecho de trabajar. El dejó de trabajar cuando era apropiado hacerlo. Él nos dijo que nosotros debemos hacer lo mismo (Éxodo 20:9-10).

¿Cuál es la importancia del trabajo? El trabajo expone todo tu potencial. Tú no puedes enseñar todo que lo que tienes dentro, a menos que existan demandas que lo requieran, y estas demandas son hechas por medio del trabajo.

Dios le dio al varón el trabajo debido a que tiene relación con su propósito. El propósito de Dios es que el hombre permanezca en la presencia del Señor y aprenda a gobernar y a administrar lo que Dios le ha dado para hacer.

Dios  le  dio  al hombre  el trabajo  no  sólo porque expone todo su potencial, y le permite reflejar la naturaleza de Dios, sino también porque le permite proveer para aquellos hacia quienes él tiene responsabilidad en su posición como líder y visionario. La palabra proveer  viene   de   una  palabra   latina   que   significa «poder ver hacia delante». El hombre debería ser un visionario. El debería tener una visión de su vida, y él debería trabajar para poder ver que ésta se cumpla para él mismo, para su familia y para todos aquellos que estén bajo su cuidado.

Al hombre le ha sido dado este propósito como proveedor. En general, él está hecho físicamente más fuerte que la mujer, especialmente en la parte superior de su cuerpo, debido al mandamiento de Dios con relación a que él debe trabajar.

 

5. Protector.

Génesis 2:15. La siguiente responsabilidad que se le dio al hombre fue, «que cuidara» el Jardín del Edén. Yo incluiría dentro de esta responsabilidad el hecho de guardar y proteger el Jardín del Edén y todo lo que se encontraba en él. Esto incluye a las plantas, los animales y aun a la mujer que iba a ser creada y que iba a vivir en el Jardín del Edén. Dios nunca le dijo a la mujer que ella tenía que proteger algo. ¿Por qué? Porque la mujer era una de las cosas que el hombre estaba supuesto a proteger.

Una vez, yo le pregunté al Señor: «Señor, con todas las responsabilidades que Tú nos diste como hombres, ¿cómo podemos saber que sí podemos cumplirlas?» La respuesta fue muy, pero muy, simple. Él me dijo: «Siempre que Yo ordeno algo, proveo para ello». Hemos sido diseñados como hombres para poder cumplir con estas funciones.

Dios diseñó al hombre para que pudiera proteger todo aquello que está bajo su cuidado y bajo su responsabilidad, de tal manera que el hombre es un protector natural.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Entendiendo el Propósito y el Poder del Hombre”

Por Myles Munroe

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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