7. No te dejes seducir por otras mujeres (Proverbios 5:20).
Considerar atractivas a otras mujeres y mirarlas erosionará la visión que tienes de tu esposa. Estarás menos satisfecho con ella y se sentirá menos especial para ti. Ningún hombre puede desarrollar el hábito de mirar a otras mujeres sin hacerlo inconscientemente en la presencia de su esposa, quien sin lugar a dudas lo notará y le dolerá. Recuerda ser seducido por tu esposa y por nadie más. Ella se sentirá como la reina del mundo y tú te enamorarás más de ella.

8. Llama a tu esposa “bendita” y elógiala (Proverbios 31:28-29).
Dile que es especial y que es mejor que cualquier otra mujer en la Tierra. No menciones solo su belleza física, sino el cuidado que te da, su trabajo duro y sus atributos como dama. Mira cómo florece la flor de tu esposa mientras le llenas los oídos de elogios. ¡Ella anhela esas palabras y quiere oírlas de ti! Si bien no deberás hacerla caer en el orgullo, eso no cambia su necesidad y anhelo de ser valorada.

9. Dile lo seducido que estás con su cuerpo (Cantares 4:7; 7:1-8).
Un amante verdadero se asegurará de que su esposa sepa que no encuentra defectos en ella. Dios la hizo y no comete errores. Si crees que alguna parte de su cuerpo es defectuosa, entonces es tu mente la que necesita ser cambiada. Es responsabilidad del hombre incrementar el amor y expresar el amor por cada una de sus partes, además de decírselo sensual y respetuosamente. De nada servirá criticarla o ser sarcástico. ¡Piensa en lo bien que se sentirá cuando ambos realmente crean que estás enamorado de cada una de sus aspectos!

10. Honra tu matrimonio y mantenlo puro siendo honesto en todas las formas (Hebreos 13:4).
Jesús dice que las miradas lujuriosas son adulterio (Mateo 5:28). Es similar al versículo “porque donde está tu tesoro ahí estará también tu corazón” (Lucas 12:34). No valores tal lujuria en ningún área de tu vida y niégale el acceso a tu corazón. Mantén tu matrimonio puro entrenando tu corazón y ojos para que le sean fieles a tu esposa. ¡Tu matrimonio cosechará grandes beneficios si lo haces!

11. Sé agradecido por tu esposa y date cuenta del favor que has recibido de Dios (Proverbios 18:22).
Piensa en lo solo que estarías sin ella. Adán estuvo solo y no fue bueno para él, así que Dios le dio una esposa. Tienes una compañera para toda la vida, una amiga y una amante para disfrutar todos los días. ¡Qué bendición! Agradécele a Dios y ora por ella a diario. Ella es una tremenda recompensa de Dios.

12. Sé una sola carne con tu esposa en todos los sentidos (Mateo 19:5).
Disfruta la vida con ella como si fueran inseparables, pero vive tu vida a consciencia. Anhela estar con ella, como lo hiciste cuando se conocieron por primera vez. Apresúrate para llegar a casa con ella cuando sales del trabajo. Piensa en ella durante el día, llámala a diario. Aprendan a llegar a acuerdos como pareja. Disfruten la intimidad y el sex0 a menudo.

Deben tener sexo tan seguido como sea necesario para cumplir los deseos del cónyuge que tenga más apetito sexual, mientras los horarios y la salud lo permitan. Inviertan su tiempo en conversar y compartir los eventos del día. Muestra un interés genuino, escuchándola atentamente, prestando una total atención y mirándose a los ojos. Tu esposa es más importante que nada ni nadie, a excepción de Cristo Jesús. Sean como si fueran uno solo.

Por Dante Gebel

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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