Jóvenes Cristianos – El Dr. Lucas y el Caso del Politarca Desaparecido 1

 

 

El Mito Arqueológico.

El hombre musculoso subió las escaleras al despacho 221-B en la calle Baker y fue escoltado a la presencia del gran detective.

—Ah, buenos días doctor —dijo el detective sentado en su silla—. Veo que no ha podido dormir bien durante las últimas noches.

—No, creo que no. Un momento… ¿cómo lo sabe? ¿Y cómo sabe que soy médico?

—Oh, elemental. También veo que es un gran escritor y que ha alcanzado reconocimientos. Pero eso no importa. Cuénteme acerca de su problema más reciente.

El visitante luchó por superar su confusión y finalmente comenzó la explicación.

—Soy el doctor Lucas —explicó—, autor de dos de los libros más vendidos que narran los acontecimientos de mis tiempos, el primer siglo cristiano.

El detective Sherlock Holmes escuchaba golpeando el escritorio con la yema de sus dedos.

—Últimamente mi reputación, inteligencia y carácter han sido cuestionados —dijo el doctor Lucas.

—Verá usted. En mi libro de Hechos, me refiero a la ciudad de Iconio como suburbio del distrito llamado Licaonia. Algunos arqueólogos, basados en otros escritos, concluyen que Iconio era una ciudad de Licaonia y por lo tanto dicen que mi libro no es confiable.

No sólo eso, sino que en mi Evangelio hablo de un hombre llamado Lisanias, tetrarca de Abilinia, en el principio del ministerio de Juan el Bautista en el año 27 d.C. Una vez más me acusaron de hacer un mal trabajo porque los arqueólogos sólo conocían de la existencia de un Lisanias que murió 36 años a.C.

—Utilicé la palabra procónsul para referirme a Galión en mi relato del ministerio de Pablo en Corinto, pero los «estudio­sos» dijeron que no sabían de lo que hablaba, ya que la palabra procónsul nunca debió utilizarse para referirse a un hombre en la posición de Galión.

«Quizás lo que más me molesta de todo son las agresiones que he recibido de los llamados estudiosos, por usar la palabra griega politarca para referirme a los oficiales de la ciudad de Tesalónica, debido a que esa palabra no se encuentra en ninguna otra obra literaria clásica. Los arqueólogos y críticos dicen: «Lucas está mal; no puedes creer lo que escribe, na-na-na-na». Y hay muchos más puntos en los que han tratado de desacreditarme.

Cuando el doctor Lucas terminó su narración ya los ojos de Holmes estaban casi cerrados y su respiración era lenta. Finalmente abrió los ojos y se levantó con un aire de conclusión.

—Lo siento doctor, pero no puedo hacer nada por usted —le dijo.

El doctor se levantó y echó una mirada de pistola al detective.

—Doctor, ¿estoy en lo correcto al pensar, que hay cierta exactitud en la historia que escribió? —preguntó Holmes.

—¡Absolutamente! ¡Yo soy un historiador! —dijo el doctor Lucas en voz alta y levantándose de donde estaba sentado.

—Entonces debe esperar —le dijo, guiando al gran historiador a la puerta. Ya llegará el día en que sus relatos serán reivindicados en cada uno de esos puntos. Hasta entonces, mi buen doctor, debe esperar con la confianza de que cuando llegue la reivindicación, usted habrá estado bien por todo este tiempo —le dijo, antes de cerrar la puerta.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “No Dejes Tu Cerebro en la Puerta”

Por J. McDowell y B. Hostetler

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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