Romeo y Julieta

Todas las mujeres necesitamos sentirnos amadas y a la mayoría de nosotras nos gusta que el hombre que esté a nuestro lado nos lo demuestre. A ti, ¿cómo te gusta que te demuestren el amor? ¿Con dinero, con flores, con un viaje, con regalos, con ropa, con un coche? ¿O tal vez soñaste con vivir un amor como el de Romeo y Julieta?

A muchas mujeres nos gustaría que nuestro amado fuera como Romeo y muriera de amor o hiciera cualquier cosa por demostrarlo. Sin embargo, pareciera que en estos tiempos alocados en los que vivimos, nos enfrentamos a un problema: el hombre dejó de expresar lo que siente, lo que desea, lo que espera y lo que lo moviliza. Esto no significa que ellos no nos amen, sino que tienen distintas maneras de expresarlo, y esto no tiene nada que ver con la capacidad de amar. Seguramente si le preguntas si te ama, él te dirá: «Sí, te lo dije cuando nos casamos, ¿para qué te voy a decir lo que ya sabes?»

Pero nosotras, las mujeres, que desde chiquitas leímos cuentos de hadas y esperamos que ese príncipe nos rescate, nos sentimos solas y abandonadas hoy al ver que ese hombre está muy lejos de ser Romeo. Las mujeres poseemos un amor exigente y lamentablemente con el tiempo lo transformamos en un amor demandante. Necesitamos que nos digan, que nos hagan, que nos regalen, que estén, «necesitamos», y tanto es lo que necesitamos y esperamos de ellos que los ahogamos.

  • ¿Y si por un tiempo te animaras a dejar de lado esa demanda?
  • ¿Y si te atrevieras a hacer un cambio primero en ti misma?
  • ¿Te imaginas lo que puede llegar a pasar?

Comienza cada mañana por no esperar nada de nadie, comienza cada día amándote y necesitándote a ti misma, a tus palabras, a tu aliento de vida. El que se ama a sí mismo atrae a la gente, porque nadie quiere estar con gente angustiada, de baja estima o con espíritu de víctima. Si nos amamos a nosotras mismas será más sencillo relacionarnos con los demás, ya que desearán estar con nosotras, y querrán decirnos todo aquello que queremos escuchar. Practica amarte.

TRES PRINCIPIOS PARA AMARNOS A NOSOTRAS MISMAS.

En muchas ocasiones, las mujeres no podemos defender lo nuestro porque no sabemos qué es lo que nos pertenece. Vivimos la vida como prestada, como si fuéramos intrusas. Muchas veces ni siquiera opinamos porque no nos atrevemos a decir lo que nos molesta, lo que no nos gusta, lo que necesitamos. No sabemos dónde estamos paradas, qué es lo que sí podemos hacer y qué no.

Sucede que a nosotras nos enseñaron a ser «prudentes», «respetuosas», «a ceder el lugar a los demás». Y cediste todo lo que te tocaba tomar, tu herencia. Por eso, para comenzar a amarte a ti misma, necesitas marcar tu territorio y reconocer todo lo que te pertenece. Si hasta hoy no delimitaste tu terreno es porque hubo una razón o una excusa que creíste correcta.

A. Es tiempo de dejar de admirar y de comenzar a poseer.

Decimos: «cómo me gustaría tener ese auto, ese par de botas, esa casa», pero sólo nos conformamos con verlo, con admirarlo. Y pensamos que eso que tanto queremos es para las otras mujeres y no para nosotras. Para nosotras es mucho, es demasiado y no nos lo merecemos… FALSO.

Nos merecemos todo y todo lo mejor. Anímate a actuar para poseer todo aquello que quieres. No te conformes con pasar por una vidriera y admirar lo que te gusta, no esperes que otro venga y te lo regale. Si viene, bienvenido sea, y si no, tienes inteligencia, capacidad, talentos, dones y potencial para pensar en ideas que te generen los recursos que necesitas para poseer todo aquello que admiras.

B. En segundo lugar, comienza a priorizar.

En la década del 60 se descubrió, mediante una investigación, que las mujeres casadas se sentían desdichadas y no eran plenamente felices, mientras que los hombres casados sí lo eran. El hecho es que estas mujeres habían puesto todas sus expectativas en la vida matrimonial y se dieron cuenta de que la vida de casada «no era lo que ellas imaginaban» y debido a esto sufrieron una crisis de identidad que hacía que ya nada las conformara.

Actualmente, investigaciones realizadas arrojaron el dato que las mujeres más felices son:

  • Aquellas mujeres que, teniendo una familia, trabajan y se proyectan hacia sus metas y sus sueños.
  • Aquellas mujeres que, sin estar en pareja, trabajan y se preparan día a día para lograr sus objetivos.
  • Aquellas mujeres que, sin estar en pareja, deciden quedarse en sus casas.
  • Aquellas mujeres en pareja o casadas que eligieron por una determinada situación quedarse en sus casas.

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas

(CONTINÚA… DALE CLICK ABAJO EN PÁGINAS…)

1
2
Artículo anteriorMujeres – MEJORADORAS POR NATURALEZA
Artículo siguienteMujeres – MUJERES ECONÓMICAMENTE LIBRES
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre