Para el hombre, acercarse a una mujer es lo más sencillo que hay; lo que más le cuesta es mejorar. Tal vez estuvimos repitiéndole a cada momento que queríamos que nos regalase algo, pero cuando lo logramos, al recibirlo, decimos: «¿Cuánto gastaste? Justo ahora que necesitábamos pagar la luz, el alquiler…»

Las mujeres sabemos mejorar pero no acercar, y siendo estrictas creamos paredes que limitan la expresión del amor. Cuando conocimos a nuestra pareja tuvimos la sensación de que él era más dulce y cariñoso, pero las circunstancias difíciles atravesadas levantaron paredes. Se creó una distancia donde se instaló un personaje: el temor. Y todo lo que haces por temor, produce culpa y por ende, esperas un castigo. Y en el amor no hay temor, porque el amor perfecto no se mueve ni por culpa ni por temor.

El que teme y espera castigo lo hace porque su amor no fue perfeccionado. Amor y temor son como el agua y el aceite: no pueden ir juntos. Si crees que amas y tienes temor de que la relación se desgaste, de que él se vaya con otra mujer, de que te abandone, ese amor está agrietado y necesita ser mejorado, perfeccionado. La vida de una pareja es un proceso y, como tal, aún existen momentos que no hemos vivido, cada etapa es nueva.

Todo se puede mejorar, incluso el amor. Tal vez pasaron momentos difíciles, sentiste que nada dio resultado y esperas que el otro haga algo; pero el amor se mejora con una iniciativa propia. Quizás están pasando un momento difícil y estás esperando que él te diga algo, que modifiquen lo que los está lastimando, que hagan terapia de pareja. Pero si todo esto se te ocurrió a ti, toma la iniciativa y proponlo tú. Recuerda que las mujeres somos mejoradoras por naturaleza. A las mujeres no nos cuesta buscar, pero sí acercar al amado. Reclamamos, reclamamos, reclamamos… Por eso, frente al amor, las mujeres podemos tomar tres actitudes:

A. Accionar de tal manera que podamos conquistar todo lo que amamos y respetamos.

B. Accionar de tal manera que lo que anhelamos, deseamos y queremos nos busque a nosotras.

C. Accionar de tal manera que todo lo que hagamos sea con amor, con pasión y con excelencia.

No esperes que el otro te dé lo que ya está dentro de ti, comienza a soltar el amor y cuando comiences a hacerlo, vas a experimentar un cambio total y absoluto en tu vida.

  • ¿Cuánto hace que no llamas a esa amiga que siempre te escucha y la invitas a tomar un café?
  • ¿Cuánto hace que no le das un abrazo a tus hijos y les dices lo mucho que los amas?
  • ¿Cuánto hace que no te premias con un buen regalo?
  • ¿Cuánto hace que no le dejas una buena propina a aquel mozo que te atendió como a una reina?
  • ¿Cuánto tiempo hace que no demuestras y no sueltas todo el amor que está dentro de ti?

Cuando lo hagas, cosecharás amor, gratitud, respeto, admiración y esa devolución de amor que recibas hará que nunca más te sientas sola y que todo lo que está a tu alrededor se transforme. La gente necesita recibir amor, ¡y tú puedes darlo!

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas

(CONTINÚA… DALE CLICK ABAJO EN PÁGINAS…)

1
2
Artículo anteriorEstudios Bíblicos – Myles Munroe EL ORIGEN Y EL PROPÓSITO DEL HOMBRE
Artículo siguienteMujeres – APRENDIENDO A QUERERME
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre