Mujeres – NO ENTIENDO A LOS HOMBRES

MARIDOS Y MARIDOS

A lo largo de la vida, las mujeres nos relacionamos básicamente con tres hombres: papá, marido (o pareja) e hijos varones. Pero también con suegros, jefes, médicos, profesores, amigos nuestros, de nuestros hijos o nuestros esposos. A medida que nos vamos relacionando con ellos, vamos conociéndolos mejor, y por ende entendiéndolos más (entre nosotras, una tarea no muy fácil). Aunque los dichos populares dicen «¿quién entiende a las mujeres?», en verdad entenderlos a ellos no es fácil. Por eso, para que te resulte un poco más fácil, te voy a contar algunos estereotipos y características de hombres que solemos encontrar. De esta forma, cuando elijas o necesites mejorar tu relación, sabrás cómo funcionan algunos de estos hombres.

1. Empecemos por el hombre-bebé.

Este hombre «nunca crece», es el eterno niño o adolescente. Nació en un hogar inestable, donde seguramente no se contaban ni hablaban los problemas. Este niño se vio forzado a aparentar que todo estaba bien y a mostrar un rostro alegre. Generalmente, los hombres-bebés tienen comportamientos autodestructivos, son codependientes y no quieren defraudar ni lastimar a nadie. No pueden decir «no». Son personas de buen corazón y picaros a la vez.

Estos hombres buscan la paz a cualquier precio y necesitan que la mujer que está a su lado se transforme en una mamá. Si es tu caso, tal vez te encuentres diciendo: «¿Por qué no le dijiste tal cosa?», «¿no te diste cuenta de cómo te miraba ésa?, seguro quería algo». Y él responderá: «¡Qué sé yo! Eres tú la que te das cuenta de esas cosas…». Dirán: «Encárgate de los chicos porque yo no sirvo». ¡Y así es! Si todavía él tiene que criarse, ¡cómo va a cuidar de sus hijos!

Hasta que no dejen de ser bebés no podrán ser padres, y pretenderán que los trates como a un hijo más. Y desde ese lugar, tú serás la mala de la película, porque serás quien deba enfrentarlo con lo que «no hace». Es decir, serás la bruja y él será el pobre santo que tiene que aguantarte.

Piensa por un momento: Cuando tuviste en brazos al bebé de una amiga o un familiar y el bebé se ensució, ¿qué hiciste? Seguramente se lo diste a tu amiga para que lo cambiara. Y le dijiste: «Toma, se hizo caca». Lo mismo puedes hacer con tu marido. ¡No le cambies los pañales a tu hombre-bebé! ¡No te hagas cargo de sus cosas! ¿Qué pasaría si comenzaras a desprenderte de él y a dejarlo libre para que él pueda comenzar a crecer? Piénsalo.

2. Ahora le toca el turno al hombre-perchero.

Este hombre está obsesionado consigo mismo y vive preocupado por su imagen. Cree que todo lo que pasa está relacionado con él y que él y sus necesidades son lo único importante. Siempre tratará de buscar su propio beneficio, sin interesarse por nadie más. Este tipo de hombre buscará superar a los demás. Es muy probable escuchar de ellos: «Voy a hacer el gran negocio», «me verás triunfar, ¡seré grande, mi idea es inmensa!»

Con tal de lograr su objetivo, te pasará por encima y se creerá imprescindible. Te dirá: «Tú sin mí, no sé qué serías», «yo te saqué del lugar donde vivías», «¿te quieres separar de mí, adonde vas a ir si eres una pobre mujer que no tiene nada?» Porque al hombre que está preocupado por su imagen no le interesa nada del resto de las personas.

Extracto del libro Estoy Casada Pero Me Siento Sola

Por Alejandra Stamateas

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