Mujeres Cristianas – Siento Desprecio Por Mí Misma 2

 

Continuemos.

Cuarto: «El padre pasivo».

Es el hombre que trabaja mucho afuera, trae la plata a casa, es un buen trabajador afuera, pero no se involucra en nada de lo que sea familia. No se involucra en la educación, crianza de los hijos, en nada, o sea, todo lo tiene que hacer la madre porque él trabaja afuera y cree que su ámbito no es el interno, no es el ámbito de los hijos, entrega a los hijos a la educación de la madre, es la madre la que le tiene que dar educación y como vive una hija que ha tenido un padre que en realidad no se ha ocupado de ella. La herida es la del abandono, y va a vivir toda su vida creyendo que alguien la va a abandonar y creyendo que no se merece ser amada por nadie y que si alguien la ama, la va a dejar en cualquier momento.

Si un papá está presente en la infancia de una hija, alentando a esa hija, alentando su desarrollo intelectual, su desarrollo espiritual, su vida profesional, valorando a esa hija porque es mujer y decirle, «que bueno es que seas mujer», «que bueno haber tenido una hija mujer, me encanta», «vos querida, vas a lograr cosas grandes», si no hay un padre validando todo el tiempo a esa hija mujer, el resultado va a ser que esa mujer se va a desvalorizar a sí misma.

Uno de los roles más importantes de un papá, con respeto a una hija mujer es ayudar a su hija a enfrentar al mundo y los conflictos. La mamá generalmente tiene el rol de mantener a la hija, de enseñarle cosas más internas, de ver y descubrir sus emociones, pero la tarea del papá es que su hija pueda descubrir ese mundo que está afuera. De alguna manera la hija se pueda soltar de la madre y pueda empezar un camino en el mundo y el padre le tiene que dar ese lugar, ese permiso y esa valorización para que la hija vaya al mundo y no tenga miedo de enfrentar el mundo y las circunstancias o las situaciones que va a tener que empezar. O sea, que salga al mundo con seguridad. Si una hija mujer no tuvo un padre, o el padre fue ausente, o no estaba nunca, o era débil, o le daba vergüenza, esa hija va a tener miedo de enfrentar la vida, y no va a saber cómo actuar en la vida. Por eso, cuando una mujer tuvo un papá que no la haya valorado, va a tener dos actitudes en la vida: Va a ser la nena eterna, o va a ser la rebelde eterna.

La nena eterna es la mujer dominada, que sabe que tiene que conseguir un hombre para casarse, someterse, que el hombre decida todo, ella cumple un rol secundario y siempre va a cumplir ese rol secundario, se transforma en esa nena dependiente. Son las mujeres que dependen siempre de un hombre, que si no hay un hombre se mueren, que van a escuchar la voz de un hombre, que no le interesa escuchar la voz de una mujer, que van a tener conflictos grandes para relacionarse con mujeres, que la palabra de autoridad siempre va a ser la de un hombre y van a despreciar todo lo que sea mujer, porque ellas como mujeres fueron despreciadas, entonces no pueden amar el ser mujer, por lo tanto no pueden amar y bendecir a otras mujeres.

Las rebeldes eternas son como las adolescentes eternas. Es esa mujer que en realidad tiene mucho miedo pero se pone una coraza y dice: «Yo no necesito de un hombre, yo puedo hacer las cosas sola, yo me voy a defender en la vida» y cuando viene un hombre lo echan por el miedo a ser dominadas.

En realidad la mayoría de las mujeres tenemos en realidad una nena eterna y una rebelde eterna. A veces somos nenas dependientes y a veces, somos rebeldes que nos queremos hacer las independientes y no dejamos que nadie se nos acerque a nuestra vida, y después tenemos problemas por no tener relaciones interpersonales que sean duraderas o buenas. Estos dos patrones, siempre coexisten dentro de una mujer y en realidad detrás de una nena eterna hay una mujer con mucha bronca y con mucha violencia y detrás de una mujer muy rebelde, hay una nenita asustada, y todo esto a causa de no haber tenido la imagen amorosa de un papá.

¿Se puede sanar esto? Porque vos no podés cambiar el pasado, pero sí podemos transformar nuestras vidas para lograr amarnos y salir adelante en el nombre de Jesús y eso es lo que vamos a descubrir.

(CONTINÚA…)

Por Alejandra Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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