Matrimonios Cristianos –  El Lenguaje del Amor: Las Palabras de Afirmación 3

 

Continuemos.

Tal vez su cónyuge tiene cierto potencial no desarrollado en uno o más aspectos de su vida. Ese potencial puede estar esperando sus palabras animadoras. Tal vez necesita matricularse en un curso para desarrollar ese potencial, o tal vez necesita conocer a algunas personas que hayan triunfado en ese campo y que puedan darle discernimiento sobre el próximo paso que debe tomar. Sus palabras pueden dar a su cónyuge el valor necesario para dar ese primer paso.

Por favor, tome en cuenta que no hablo de presionar a su cónyuge para que haga lo que usted quiere. Hablo de animarlo a desarrollar un interés que ya tiene.

Por ejemplo, algunos esposos presionan a sus esposas para perder peso. El esposo dice: «¡Estoy animándola!», pero a la esposa esto le suena como una condenación. Solamente cuando una persona quiere perder peso, puede usted animarla a hacerlo. Mientras no tenga el deseo, sus palabras caerán en la categoría de predicación. Tales palabras rara vez animan. Casi siempre se oyen como palabras de juicio destinadas a producir culpa. No expresan amor sino rechazo.

Si a pesar de todo su cónyuge dice: «Creo que este otoño debo matricularme en un programa para perder peso», entonces usted tiene la oportunidad de darle palabras de ánimo. Unas palabras animadoras que sonarían así: «Si te decides a hacerlo, será un éxito. Esa es una de las cosas que me gustan de ti. Cuando te propones a hacer algo, lo haces. Si eso es lo que quieres hacer, ciertamente haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte. Y no te preocupes sobre el costo del programa. Si eso es lo que quieres hacer, encontraremos el dinero».

Tales palabras darán a su cónyuge el ánimo para telefonear enseguida al centro especializado para perder peso.

El animar requiere simpatizar y ver el mundo desde la perspectiva de su cónyuge. Debemos saber primero qué es lo importante para nuestro cónyuge, sólo entonces podemos dar ánimo. Con esas palabras, tratamos de decir: «Lo sé. Me preocupo. Estoy contigo. ¿Cómo puedo ayudarte?».

Estamos tratando de demostrar que creemos en él y en sus capacidades. Le estamos dando crédito y estímulo.

La mayoría de nosotros tenemos más potencial del que nunca desarrollaremos. Lo que nos detiene es a menudo la falta de valor. Un cónyuge amante puede suministrar todos esos catalizadores importantes. Por supuesto, las palabras animadoras pueden ser difíciles de expresar. Puede ser que no sean su lenguaje principal de amor. Puede costarle un gran esfuerzo aprender este segundo lenguaje. Así será especialmente si usted tiene una manera de hablar crítica y condenatoria, pero le aseguro que vale la pena el esfuerzo.

 

2. Palabras Amables.

El amor es bondad. Por lo tanto, si vamos a comunicar amor verbalmente, debemos usar palabras bondadosas. Eso tiene que ver con la manera en que hablamos. La misma frase puede tener dos significados diferentes, dependiendo de cómo la diga.

La declaración: «Te quiero», dicha con bondad y ternura puede ser una genuina expresión de amor. Pero qué pasa con la frase: «¡Te quiero!». Los signos de admiración cambian todo el sentido de estas dos palabras. A veces nuestras palabras dicen una cosa, pero el tono de nuestra voz dice otra. Enviamos mensajes dobles. Por lo general nuestro cónyuge interpretará nuestro mensaje por nuestro tono de voz, no necesariamente por las palabras que usamos.

La frase «Me encantaría lavar los platos esta noche» dicha en un tono burlón no será recibida como una expresión de amor. Por otro lado, podemos expresar dolor, tristeza y aun ira de una manera amable, y será una expresión de amor.

«Me siento desilusionado y dolido porque no me ofreciste tu ayuda esta noche» dicho de una manera franca y bondadosa, es una expresión de amor. La persona que habla quiere ser conocida por su cónyuge. Está dando los pasos para forjar intimidad manifestando sus sentimientos. Está buscando una oportunidad para hablar de una herida, a fin de hallar curación.

Las mismas palabras expresadas con una voz alta y grosera no serán una expresión de amor sino de condenación y juicio. La manera en la que hablamos es absolutamente importante.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Los Cinco Lenguajes del Amor”

Por Gary Chapman

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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