Poesías Cristianas – Acusación
Comenzó en un huerto
de verdes praderas
y frutos dorados.
Paraíso bañado
de flores y granas,
el trino de pájaros.
Pureza y fiesta
en la brisa nueva,
que cada mañana
acaricia la tierra.
Canción, primavera,
amores nuevos,
hombre y mujer,
creación de Dios,
Aquel camino
que caminan juntos.
La caricia suave,
y el beso profundo.
Amor compartido,
diálogo nacido
al morir la tarde
del día vivido.
Palabras, una flor.
Besos, alegrías.
Comunión perfecta.
Sonrisas nuevas.
Dios, hombre, mujer,
armonía eterna.
No hay fisuras,
no hay asperezas.
Comenzó cierto dia,
¡inesperado!
El ser extraño,
no conocido,
susurró algo.
Sensación nueva,
letal curiosidad.
Mujer que oye:
-“¡Come del árbol!”
Fruto que invita
a ser gustado.
Y la mujer toma,
el fruto marcado,
su cuerpo excitado.
Lo prueban sus labios.
Un eco retumba,
sarcástica risa.
Ignora la mujer
su significado.
El hombre recibe
el fruto dorado,
tiemblan sus manos
prueba el pecado.
El dia sucumbe
muere angustiado.
Mañana nacerá
diferente, extraño.
Y al aire del día
es Dios quien camina.
El hombre y la mujer
lo miran temblando.
Vergüenza, culpa,
ansiedad y temor.
No saben por qué
se esconden de Dios.
¿No saben…?
Dios les pregunta,
y el hombre calla.
Con miedo acusa,
temeroso habla:
-“La mujer que me diste
tiene la culpa”.
Ella se avergüenza,
muda su rostro,
habla y condena.
-“La serpiente me engaño,
mintió con astucia”.
Dios, pecado, culpa,
hombre y mujer.
No hay plenitud.
Hay asperezas
y hay fisuras.
Los siglos pasaron.
¿De quién es la culpa
del mal que vivimos,
del mal soportado?
Eterna pregunta,
los días la escuchan.
Los vientos pasados
hoy la formulan.
Hombre mortal,
tentado a diario,
el ser extraño
te susurra algo.
Si tú lo oyes
gustarás pecados.
Y tuya la culpa,
solo tú culpa,
haber caído,
estar lastimado.
El dia sucumbirá,
morirá angustiado,
y mañana nacerá,
diferente, extraño.
Escrita en 1987. De tenerlo todo, a perderlo todo por escuchar una mentira. Cientos de siglos después, el ser humano sigue igual: atado a las mentiras.
Por Edgardo Tosoni