Pensamientos – Él Vio la Lista

 

Jesús… soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios (Hebreos 12:2).

Venga conmigo al cerro del Calvario. Observe a los soldados que empujan al Carpintero para que caiga y estiran sus brazos sobre el madero travesaño. Uno presiona con su rodilla sobre el antebrazo mientras pone un clavo sobre su mano. Justo en el momento en que el soldado alza el martillo, Jesús vuelve la cabeza para mirar el clavo.

¿No pudo Jesús haber detenido el brazo del soldado? Con un leve movimiento de sus bíceps, con un apretón de su puño pudo haberse resistido. ¿No se trataba de la misma mano que calmó la tempestad? ¿Que resucita a los muertos?

Pero el puño no se cerró… y nada perturbó el desarrollo de la tarea.

El mazo cayó, la piel se rompió y la sangre empezó a gotear y luego a manar en abundancia. Vinieron entonces las pregun­tas: ¿Por qué? ¿Por qué Jesús no opuso resistencia?

«Porque nos amaba», contestamos. Es verdad. Una verdad maravillosa aunque, perdóneme, una verdad parcial. Él tuvo más que esa razón. Vio algo que lo hizo mantenerse sumi­so. Mientras el soldado le presionaba el brazo Jesús volvió la cabeza hacia el otro lado, y con su mejilla descansando sobre el madero, vio:

¿Un mazo? Sí.

¿Un clavo? Sí.

¿La mano del soldado? Sí.

Pero vio algo más. Entre sus manos y la madera había una lista. Una larga lista. Una lista de nuestras faltas: nuestras con­cupiscencias y mentiras y momentos de avaricia y nuestros años de perdición. Una lista de nuestros pecados.

Las malas decisiones del año pasado. Las malas actitudes de la semana pasada. Allí abierta a la luz del día para que todos los que están en el cielo puedan verla, estaba la lista de las fal­tas suyas.

¡Vio la lista! Él sabía que el precio de aquellos pecados era la muerte. Él sabía que la fuente de tales pecados era usted, y como no pudo aceptar la idea de pasar la eternidad sin usted, escogió los clavos.

Extracto del libro “3:16 Los Números de la Esperanza”

Por Max Lucado

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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