Pensamientos – Jesús, el Dios Hombre

 

Pasaje clave: «¿Qué clase de hombre es éste?» (Mateo 8:27).

Cuando pasan los cortejos fúnebres la mayoría de las personas callan. Bocas cerradas. Manos cruzadas. Silencio reverente. No así Jesús. El Señor se acercó a la madre del joven muerto, le susurró algo al oído que la hizo volverse y mirar a su hijo. Ella comenzó a objetar, pero se quedó en silencio. Hizo una señal i los portadores del féretro y les dijo: «Esperen».

Jesús caminó hasta donde estaba el muchacho. Con los ojos a nivel del cadáver, habló. No sobre él, como una oración, sino a él, como una orden: «Joven, ¡te ordeno que te levan­tes!» (Lc.7:14)

 

Con el tono de un maestro que ordena sentarse a los estu­diantes o con la autoridad de una madre que dice a sus hijos que no se mojen en la lluvia, Jesús le ordenó al joven muerto que no siguiera muerto. Y el muchacho obedeció. La fría piel se calentó. Los rígidos labios se movieron. Las blancas mejillas enrojecieron. Los hombres bajaron el ataúd, y el joven sal­tó a los brazos de su madre. Jesús «se lo entregó a su madre» (Lc.7:15).

Una hora después Jesús y su gente estaban cenando. Se rió de un chiste y pidió más pan, y la ironía de todo eso sobresalta­ba a Pedro. ¿Quién eres? Preguntó en tono tan bajo que nadie más que Dios lo pudo oír. ¡Acabas de despertar a un muerto! ¿No deberías estar recubierto de luz, rodeado de ángeles y entro­nizado más alto que mil cesares? No obstante, mírate… te ríes de mis chistes y comes lo que todos comemos. ¿Es esto lo que hacen los vencedores de la muerte? De veras, ¿quién eres?

Era Dios-hombre. ¿Acaso no necesitamos un Salvador que sea Dios y hombre?

Un Jesús sólo Dios podría hacernos, pero no comprendernos.

Un Jesús sólo hombre podría amarnos, pero no salvarnos.

Sin embargo, ¿un Jesús Dios-hombre? Suficientemente cerca para tocarlo. Suficientemente fuerte para confiar en Él. Un Salvador y vecino.

Extracto del libro «3.16 Los Números de la Esperanza»

Por Max Lucado

Artículo anteriorReflexiones – Max Lucado APOYÁNDOSE EN SU PALABRA
Artículo siguienteReflexiones – Max Lucado LAS OLAS ESTÁN ESCUCHANDO
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

2 Comentarios

  1. Yo pienso creo y estimo esta palabra tan genial es algo fuera de lo normal te hace pensar y es hermosa porque se refiere a mi creador y Señor Jesucristo :D!!!! El es buena onda, y no esta lejor alla lejos de nosotros sino que esta con nosotros, compartiendo, lo malo eso si que nosotros somos los erizos que pinchamos, pero el nos dice no importa porque yo no soy humano para rechazarte soy Dios y te sano, ademas nos ama de una forma inmensa, nosotros le debemos la alabanza :D! seamos niños al creer en nuestro creador :)!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre