Es importante preguntar a nuestro aconsejado si ha tenido alguna experiencia «rara», llamativa o mística.

Hemos notado que casi un 90% de las personas que hemos ministrado han tenido alguna experiencia «espiritual» a la cual catalogaríamos hoy como demonía­ca. Aunque esto parezca sorprendente, son los datos que nos arroja nuestra pequeña estadística. Las experiencias místicas pueden definirse como un estado de conciencia más allá del tiempo, del espacio y de lo físico. Es interesante que a lo largo de la historia se han presentado este tipo de experiencias que poseen similitudes a lo largo del mundo.

El conocido psicólogo Williams James dio 4 características de las experiencias místicas:

En primer lugar la inefabilidad. Dice que la experiencia mística es emotiva y no intelectual y resulta difícil poder explicar o transmitir a otra persona lo vivido. Por eso la literatura mística está incorporada y llena de metáforas y símbolos con los cuales intenta transmitir la inefabilidad de la experiencia.

En segundo lugar la cualidad noética o carácter no intelectual. La experiencia mística es una intuición, una revelación, una iluminación más allá de toda captación intelectual; hay una conciencia de unidad con lo absoluto que trasciende el tiempo y el espacio.

La tercera característica es la fugacidad. Aunque esta experiencia parece durar una eternidad, la experiencia mística es fugaz; la mayoría de ellas dura unos pocos segundos, unos minutos y muy pocas experiencias llegan a durar una o dos horas.

La cuarta característica que señala James es la pasividad. La persona se siente arrastrada, sujeta a un poder superior que va acompañado de una sensación de separación de la conciencia de! cuerpo o un estado de trance, o un automatismo, o visiones o voces.

La mayoría de las experiencias místicas ocurren espontáneamente y cuando la persona se encuentra sola, más relajada; el activador de una experiencia mística puede ser una palabra, un sonido, la naturaleza, etc.

La gran mayoría de las experiencias místicas son provocadas ya sea por hipnosis, ayunos, danzas, control de la respiración, yoga, meditación, etc.

Nosotros podríamos estar hablando de dos tipos de experiencias místicas: las experiencias místicas provocadas por revelación del Espíritu Santo y las experien­cias místicas provocadas por espíritus demoníacos.

Cuando la persona tiene la experiencia mística puede estar inundada de una sensación de bienestar, alegría y optimismo pero también de profundo dolor y tormento. Estas experiencias suelen producir profundos cambios en el estilo de vida de la persona. Aunque la moderna psicología considera las experiencias místicas como la liberación del inconsciente nosotros sabemos que las experien­cias místicas pueden ser provocadas por fuentes dudosas.

La experiencia mística puede ir acompañada de éxtasis marcado por un estado de quietud y paz, pérdida del sentido del yo y una identificación con Dios.

Durante el estado de éxtasis el tiempo no se siente. Uno ha perdido la noción del tiempo.

La distinción entre las experiencias místicas, el éxtasis y el estado místico de una experiencia espiritual verdadera es que ésta no entrará en los estados alterados de conciencia.

El psicólogo humanista norteamericano Abraham Maslow (1908-1978) denominó al hecho del éxtasis como «experiencias cumbres» o momentos de plenitud durante los cuales una persona experimenta un sentimiento de gozo que excede a toda serenidad. Esta experiencia, decía Maslow puede relacionarse con lo religioso o con una experiencia no religiosa.

En la experiencia mística la persona siente que es «llevada». El misticismo es la creencia o búsqueda de la unión con Dios, el principio creador, la energía universal, o con quien sea.

Aunque hay distintas definiciones del misticismo creemos que no es exclusivo del cristianismo sino del ser humano.

La palabra misticismo viene de m/e/n que significa cerrar la boca y los ojos y se refiere al juramento sagrado de los iniciados de guardar el secreto sobre las actividades internas de su religión. La filosofía neoplatónica lo vinculó a toda clase de secretos. El misticismo puede ser religioso o indiferente a la religión.

Cada grupo religioso entiende de una manera particular el misticismo y el objetivo del mismo.

Las experiencias místicas, como dijimos, pueden ir acompañadas de visiones, voces, sueños, aspectos paranormales, arrebatos, trances, etc.

Extracto del libro Ocultismo y Sanidad Interior

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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