nuevo-20Predicaciones Cristianas – Como Piedras Lanzadas Por Dios 2

 

Pasaje clave: 1º Samuel 17:40, 49-50.

 

1. Escogidos por Gracia

David escogió cinco piedras lisas, piedras pulidas y tratadas para usarlas contra el gigante. De la misma manera, Dios está levantando una generación que conoce y camina en la gracia de Dios. Por gracia Dios hace su obra. Es por gracia que Él escoge. Es por gracia que Él bendice. Pero según sea tú preparación y capacitación será el lugar en el que Dios te ponga. Mediante la gracia de Dios todos podemos tener acceso a Dios. Mediante la gracia de Dios todos podemos orarle y alabarle. Por la gracia de Dios nuestros pecados son perdonados. Y por su gracia somos cuidados y bendecidos en todas las cosas.

 

2. Disfrutemos de la Gracia de Dios, pero no abusemos de ella.

¿Cuándo abusamos de la gracia de Dios?

Abusamos de la gracia de Dios cuando vivimos como se nos da la gana. Cuando pecamos por pecar, cuando hacemos lo que no tenemos que hacer, pensando que nuestras decisiones no tendrán consecuencias. ¡Total, Dios nos perdona!!!

Cuidado, estamos abusando.

Cuando vivimos como creyentes amargados, aburridos, rutinarios, quejosos y malhumorados, no disfrutamos de la gracia de Dios. Porque toda la bendición de Dios es para gozarla y disfrutarla.

Aprende a disfrutar de tu matrimonio, de tus hijos, de tu trabajo, del privilegio de estudiar. Disfruta tu iglesia, tus ministerios, a tus hermanos en la fe. Disfruta tu liderazgo. Disfruta de la presencia de Dios. Somos bendecidos por gracia.  

Por la gracia de Dios podemos estar en su presencia. Y al estar en la presencia de Dios nos capacitamos para derribar al enemigo que Satanás a levantado.

 

3. Como Piedras y como Barro.

El camino para disfrutar de la gracia de Dios es la humillación en la presencia de Dios.

“Señor, nada puedo, nada sé, nada tengo, si tú no estás conmigo”.

“Tú, Señor, eres el fuerte, pero yo soy débil. Tú tienes todo el conocimiento, yo no sé nada. Tú eres el grande, pero yo soy pequeño”.

Esto es humillación en su presencia. Y cuando nos humillamos en su presencia, reconociendo delante de Él nuestras debilidades, fracasos y carencias, somos como barro en las manos del alfarero. El Señor comienza a moldearnos, a tratar con nosotros, a pulirnos.

Él nos trata para que seamos lo que Él quiere que seamos. Él nos salvó, pero no quiere dejarnos como estamos, quiere mejorarnos y perfeccionarnos.

Delante del mundo y de Satanás, somos como piedras que tumban al enemigo. Delante de ellos, TODO lo podemos, TODO lo tenemos, y TODO lo sabemos en Cristo. Vamos de gloria en gloria. Somos más que vencedores. Caminamos en victoria y nada puede aplastarnos ni detenernos. Crecemos y nos multiplicamos. Somos prósperos y bendecidos.

Pero cuando estamos en la presencia de Dios, en la intimidad con el Señor, entonces dejamos de ser piedras y nos transformamos en barro. Nos humillamos y delante del Todopoderoso reconocemos nuestra pequeñez, nuestra ignorancia, y dejamos que su gracia fluya a través nuestro. Que Él nos moldee, que Él nos pula, que Él nos corrija.

Como piedras para el mundo. Pero como barro para Dios.

(CONTINÚA…)

Por Javier Uboldi

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