Sermones Cristianos – La Acción Disipa el Temor 2

 

Continuemos.

Quizá usted ha soñado durante mucho tiempo con empezar una empresa nueva. Debería empezar a dar pasos de acción hacia ese sueño. Primero, leyendo todo lo que exista sobre ese tipo de empresa y luego, preguntándole a otras personas sus experiencias en abrir empresas.

Puede también diseñar el logotipo de su empresa. Todos estos son pasos que eliminarán el temor de empezar algo nuevo.

Quizá haya pensado en aprender un nuevo idioma. Debería dar los primeros pasos hacia ese sueño. Por lo menos, buscar un libro o un sistema de educación por audio o video con información al respecto.

Si no tiene con qué comprar ese material, la acción de haber preguntado precios le da la meta de saber cuánto necesita reunir para poderlo comprar. Esa ya es una acción positiva rumbo a romper el temor de aprender ese nuevo idioma. Posiblemente haya deseado viajar a otro país y visitar nuevas culturas y tener nuevas experiencias.

Necesita ir dando pasos hacía ese sueño. Por lo menos, pregunte sobre precios de boletos de avión, busque información sobre la ciudad que quiere visitar y aprenda todo lo que pueda acerca de su gente, sus costumbres y su idioma. Esas acciones comenzarán a romper el temor.

El pastor y escritor Robert Schuler dijo con mucha veracidad: «Es mejor hacer algo imperfectamente, que hacer nada a la perfección».

 

Actuará Igual a Como Habla

Las palabras son muy importantes. Moldean nuestro pensamiento. Forjan nuestro criterio. Edifican nuestro futuro. Es indispensable escoger bien las palabras que permitimos salir de nuestra boca. Igualmente importante es escoger bien lo que permitimos entrar a nuestra cabeza y corazón porque lo que entra ahí es lo que va a salir. «De la abundancia del corazón, habla la boca» (Mateo 12:34). Dice el proverbio: «Tal como piensa el hombre en su corazón, así es él» (Proverbios 23:7).

Es por eso que necesitamos tener cuidado de sólo permitir la entrada de cosas buenas a nuestra mente y a nuestro corazón. No podemos permitir el acceso a pensamientos negativos, pesimistas o destructivos, porque nuestros pensamientos producirán nuestras acciones. Nuestras acciones forjarán nuestro futuro. Si siempre estamos hablando palabras negativas, tendremos resultados negativos. Si siempre estamos pronosticando nuestra destrucción, es lo que vamos a conseguir. Si siempre estamos prediciendo nuestra miseria y declarando nuestra mala fortuna, eso es exactamente lo que vamos a conseguir. Conseguimos lo que decimos y lo que decimos es lo que conseguimos.

Las palabras tienen una manera poderosa de poner en acción nuestra fe. Si nos escuchamos decir algo, es más probable que nuestro sentido de fe sea activado. Por ejemplo, si me escucho decir: «Soy un hombre de éxito… Sé que me irá bien el día de hoy», se activa el pensamiento positivo porque me escuché decirlo. Mi mente, mi corazón, y mis emociones son más propensos a creer que eso puede suceder porque me escucharon decirlo. Si las hago parte de mi vocabulario, esas palabras activarán la fe y ésta las acciones.

Las palabras negativas, temerosas y llenas de duda, sólo refuerzan fuerzas pesimistas y oscuras. Si ese es el estilo de nuestro vocabulario, ese será también el estilo de nuestra vida. Si nuestros oídos siempre escuchan a nuestra boca decir palabras de pesimismo y duda, nuestra mente se programará a vivir de la misma manera. Necesitamos pedirle a Dios que nos ayude a borrar los pensamientos negativos de nuestra vida para que estos no se conviertan en palabras que determinen el resultado de nuestro destino. Necesitamos adoptar un vocabulario de fe y optimismo, y creer que las cosas nos van a salir bien y que nuestro futuro está lleno de esperanza.

Una de las formas más efectivas de destruir el temor en nuestras vidas es hablándonos en voz alta para que nuestras palabras penetren las profundidades de nuestro ser y reprogramen el temor que esté anidado en él. Nuestro ser interior escucha las palabras de reafirmación y de ánimo, y los temores comienzan a perder fuerza. Cuando menos lo pensemos, los pensamientos de fe, de victoria y de triunfo habrán ganado.

Repetir mil veces una frase o hablar en voz alta no es como algún tipo de mantra o pócima mágica. Lo hacemos para activar la fe en nosotros. La fe es poderosa en el ser humano. Jesucristo dijo: «Al que CREE… todo es posible» (Marcos 9:23). Si podemos creer algo, lo podremos obtener.

Si dudamos, lo que obtendremos será duda. Obtendremos lo que decimos, por eso es muy importante tener cuidado con lo que sale de nuestros labios. Digamos palabras llenas de fe, de optimismo y de cosas positivas. Haga las cosas aunque tenga miedo.

Láncese a caminar sobre el agua como lo hizo el apóstol San Pedro.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Dile Adiós a Tus Temores”

Por Marcos Witt

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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