dios-me-hizo-reirPredicaciones – Dios Me Hizo Reír 3

 

Continuemos.

Salmos 121:5 dice que «Dios es mi sombra protectora». Dios es mi sombra: si yo me muevo, mi sombra se mueve; levanto la mano, la sombra levanta la mano. Entonces, yo me cierro, Dios se cierra; huyo, Dios huye; doy, Dios da. El Señor ve lo que hago y cuando tengo un corazón generoso Dios también suelta su mano poderosa. ¡No hay nada más lindo que tener un corazón generoso!

Faraón cumplió años y no pidió regalos sino que soltó a un preso. Este preso fue quien le presentó a José, el hombre que le interpretaría su sueño de las vacas gordas y las vacas flacas, y quien terminaría bendiciendo a toda una nación. Hasta en tu cumpleaños buscá bendecir a alguien, porque vos soltás una bendición y Dios bendice una nación. No hay nada más lindo que un corazón generoso que no piense «¿Qué le puedo sacar a éste?», sino «¿qué puedo sembrar para que Dios mande cosecha grande y bendecida?».

Había un hombre rico que era judío. Antes de morir, el hombre llamó a los hijos y les dijo: «Hijos, cuando me muera, les pido que abran las dos cartas que les voy a dejar». El hombre murió y los hijos buscaron el primer sobre. La carta que contenía decía: «Queridos hijos, cuando lean esta carta ya no estaré más con ustedes, por lo que les quiero pedir mi último gran deseo: quiero que me entierren con mis medias blancas». Los hijos fueron a hablar con el rabino y le comunicaron el deseo del padre, pero el rabino respondió: «No, de ninguna manera. Nuestras leyes no permiten». Los hijos regresaron y abrieron la segunda carta que decía: «Queridos hijos, ¿han visto? ¡Ni con mis propias medias me pueden enterrar! Les pedí eso para mostrarles que no me puedo llevar nada, ¡ni las medias!; pero lo que sí me llevo son los recuerdos que sembré en ustedes y que ustedes sembraron en mí. Esta carta es para decirles que la herencia más grande que les dejo es que cultiven buenos recuerdos».

Ni las medias nos vamos a llevar, pero los recuerdos lindos que hayamos sembrado los llevaremos por siempre a la presencia de Dios.

Proverbios 23:23 dice: «Compra la verdad y no la vendas». Eso significa que no tenés que usar la verdad para pegarle al otro. Hay gente que usa La Biblia para pegarle a la gente con pasajes bíblicos. Comprá la verdad para tu vida, que sea para vos, que puedas mirar para adentro, y no la vendas. No la uses para otro, ¡usala para vos!

Faraón echó a Abraham y a Sara de Egipto. Se fueron con todo lo que tenían y llegaron a la ciudad. Al llegar, Abraham y Sara eran ricos, pero a Sara le faltaba un hijo. En ese entonces no tener un hijo, ser estéril era literalmente una maldición. Sara se preguntaba que podían hacer, ya que estaban viejos los dos, y se le ocurrió una idea loquísima. Le pidió a Abraham que se acostara con Agar, su esclava egipcia que tenía unos 20 años. Sara eligió la mejor chica, la más linda y fuerte para que tuviera un hijo con Abraham que luego quedara para ellos. Abraham hizo lo que su esposa le pidió y Agar quedó embarazada enseguida. Pero esta mujer empezó a mirar con desprecio, a burlarse de Sara.

Sara se enojó muchísimo con Abraham y comenzó a maltratar tanto a Agar que la mujer huyó al desierto. ¿Qué le pasó a Sara? En ese entonces era parte de la cultura que una familia adinerada que no podía tener hijos pactara con una de las sirvientas para que quedara embarazada. Luego del nacimiento, ese hijo literalmente pasaba a ser hijo del matrimonio adoptante.

Sara había metido algo que era normal en la cultura pero que estaba en contra de su fe. Eso es lo que nos pasa a nosotros, tenemos una promesa pero metemos la cultura: «Si lo hacen todos…, si es normal…», decimos.
-Me fui a convivir.
-¿Por qué?
-¡Porque todo el mundo se va a convivir! ¿Por qué no lo puedo hacer, si no le hago mal a nadie?
-¡Porque Dios no quiere que convivas sino que disfrutes el noviazgo, que te cases y tengas una gran familia!
Y así metemos la cultura en nuestra fe. ¿Y cuál es el problema? Nosotros tenemos que aprender a movemos por las promesas. Tenemos que cuidar nuestra fe y no meter nada de la cultura.

(CONTINÚA…)

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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