Predicaciones Cristianas – Qué Hacer Cuando Nada da Resultado 5

 

Continuemos.

¡Tus oídos no son cubos de basura! Ten cuidado con lo que escuchas (Marcos 4:24).

No estés de acuerdo con la incredulidad y con la duda. No recibas consejo de las personas que reprochan la Palabra de Dios. ¡Decídete!

Haz lo que es correcto. No comprometas la Palabra de Dios. Si alguien te dice algo que te desanima, responde con la Palabra de Dios.

Cuando las personas te pregunten cómo te sientes, dales la respuesta de Dios: «Alabado sea el Señor, soy más que un vencedor. El gran Dios mora en mí. Soy la sal de la tierra y la luz del mundo. Soy la justicia de Dios en Cristo. Todo lo puedo en Cristo. Soy bendecido.»

No tendrás problemas con las personas cuando confiesas la Palabra de Dios, pues se acercarán a ti o te darán la espalda. Investiga tus compañeros y las personas con quienes compartes.

 

6. Examina si Obedeces las Escrituras que te Traerán la Victoria.

Muchas personas viven vidas mundanas, pasan por alto los mandamientos de Dios. Cuando tratan de apropiarse de las promesas de Dios, fracasan.

Leemos en la Biblia que «Por nada estéis afanoso (ansiosos), sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).

«Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo» (Efesios 5:6-11).

Debes ponerte la armadura de Dios para que la Palabra obre por ti.

Santiago 1:22-25. Tienes que OBEDECER la Palabra de Dios. No te hará ningún bien si no eres hacedor de la Palabra.

Jesús cuenta una historia en Mateo 7:24-27. La casa quedó en pie porque ese hombre puso por obra la Palabra.

Cuando el Señor dice, «que la puesta del sol no los sorprenda en su enojo» (Efesios 4:32), ¡tienes que obedecer esa Palabra!

Cuando el Señor dice, «antes sed benignos unos con otros» (Efesios 4:32), tienes que obedecer esa Palabra.

Cuando el Señor dice «perdona» (Lucas 6:37), tienes que perdonar.

El Señor nos dice por medio de Santiago: «Someteos pues, a Dios; resistan al diablo, y huirá de vosotros» (Santiago 4,7).

Si estás en una batalla espiritual y necesitas ayuda, debes obedecer a la Escritura y te ayudará. Sométete a Dios. Algunas personas quieren resistir al diablo, pero no se someten primero a Dios. Sométete a la Palabra de Dios y entonces, resiste al diablo.

Supongamos que el diablo te susurra «no estás sanado, te vas a morir». Abre tu Biblia en Éxodo 23:25, y lee en voz alta para que el diablo te oiga: «Mas al Señor vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tu agua; y quitará toda enfermedad de en medio de ti… y completará el número de tus días».

Lee Isaías 53:5: «Por sus llagas fuimos sanados.»

Vuélvete a ese diablo y dile: «Te resisto en nombre de Jesús. ¡Déjame!». Tendrá que irse.

 

7. Por Último, Examina tu Vida de Alabanza Para Ver si Alabas al Señor Antes de Ver la Respuesta.

¿Estás demostrando tu fe alabando al Señor antes de recibir la respuesta?

Leemos en la Palabra de Dios lo siguiente: «Bendeciré al Señor en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca» (Salmo 34:1).

Investiga a ver si estás alabando a Dios como si ya hubieras recibido tu respuesta. Si actuaras, hablaras, alabaras a Dios como si la tuvieras, ¡la tendrás!

Jesús alabó a Dios porque Lázaro resucitó de entre los muertos, antes que Él lo resucitara. Se paró ante la tumba y dijo: «Padre, gracias te doy por haberme oído» (Te doy las gracias porque en lo que a mí se refiere, ya lo resucitaste) (Juan 11:41).
Alguien dijo una vez, «me daría miedo decir eso. ¡Puede que no salga!» ¡Seguro que no sale con la actitud de duda!

Jesús alabó a Dios antes de resucitar a Lázaro.

Josué y el pueblo de Israel gritaron a gran voz triunfante antes de que cayera el muro (Josué 6:5).

Abraham alabó a Dios antes de ver a Isaac (Romanos 4:17).

 

Conclusión.

Cuando nada parece dar resultado, revisa tu lista de verificación en busca de conexiones flojas.

  • Examina tu propia vida.
  • Examina tus promesas.
  • Examina tu confesión.
  • Examina el campo donde luchas.
  • Examina la compañía que te rodea y con la que compartes.
  • Examina y verifica si estás obedeciendo las Escrituras que te traerán la victoria.
  • Examina tu vida de alabanza.

Si examinas y verificas esos puntos, encontrarás dónde está la conexión floja. ¡Un ligero ajuste, te pondrá de nuevo en el camino!

Por John Osteen

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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