¿Es importante la luna de miel?

Tan importante que será lo primero, en orden de prioridades, que se debería planificar cuando se acerque la boda. Es tan importante como para no dejarla librada al azar. He aquí las razones que hacen infinitamente valiosa la luna de miel:

  1. Define la sexualidad futura dentro de la pareja: está científicamente com­probado que las primeras experiencias sexuales forman un patrón de fun­cionamiento básico que se repite en el tiempo. Experiencias iniciales des­agradables se traducen en problemas de ajuste sexual que, lejos de solucionarse solos, se agravan con el tiempo, a menos que la intervención de un consejero o profesional ayude a superarlos. Recordemos un hecho citado con anterioridad, el 50% de los divorcios ocurren por causas sexua­les directas; en el resto actúan indirectamente.
  2. Marca el comienzo de toda una vida juntos: la luna de miel suele ser la última cosa que se tiene en cuenta o la primera en suprimir cuando hay que recortar el presupuesto. ¡GRAVE ERROR! Algunos dicen: «si toda la vida estaremos juntos, da lo misino empezarla aquí o allá». Pero esta declaración entraña un peligro que los recién casados no visualizan. Exis­ten muchas maneras de empezar esta etapa. Como no podemos comparar nuestra vivencia con otra pareja, solemos creer que lo que vivimos noso­tros, es lo que viven todos; pero no es así; existen distintas calidades de matrimonios, que se dejan ver por la relación que desarrollan con el paso del tiempo y, lo que podía haber sido una experiencia placentera se ma­logra al desconocer la trascendencia del amor romántico en la luna de miel.
  3. Cada uno de ustedes merece un buen regalo: las invitaciones, la vesti­menta y todos los gastos que origina un casamiento no son tan importan­tes como la luna de miel. Una ceremonia sencilla no será menos emotiva por carecer de pompa. Por otra parte, tanto esto como la fiesta, se hacen para compartir con «otros». Para que participen y vean «otros»; en definitiva se planea para «otros», se gasta para «otros». En cambio, la luna de miel es solamente para los novios, es el regalo que se hacen mutuamente. El idealis­mo en la relación hace que digamos: «¡eso es lo de menos! No importa a dónde vayamos, si estamos juntos, será bueno». ¡Excelente! pero no ideali­cemos los resultados. En la vida podrán existir o no muchos viajes, muchas vacaciones, pero en todos los casos, hay sólo una luna de miel.

SEAN INNOVADORES

En ciertos lugares de la Argentina existe una peculiaridad en torno al casamiento; es casi una deshonra no hacer fiesta, aun cuando ello implique para los recién casados no tener luna de miel. Todo el esfuerzo apunta a la fiesta, cuando en realidad la luna de miel representa la fiesta íntima de los esposos que festejan su unión a nivel espiritual, emocional y físico, compar­tiendo todo el tiempo y nuevas experiencias.

Recuerdo el caso de dos jóvenes universitarios. Programaron su boda con muchos detalles que hicieron de la ceremonia algo emotivo e inolvidable. La fiesta incluyó comida y bebida para 500 personas, tanta cantidad de alimentos que al mediodía siguiente se reunieron algunos de los familiares para seguir festejando. A pesar de todo esto, no tuvieron luna de miel, simplemente porque no contaron con dinero para ello, cuando la fiesta implicó miles de pesos. Parece increíble, pero es absolutamente normal en algunas zonas del país, donde el pensamiento de la familia es: «si no hay fiesta, no hay casamien­to». El grado de instrucción no guarda relación con la conducta, porque el peso de la cultura es tan fuerte que se transforma en verdad inmodificable.

Es hora de cambiar los mandatos ancestrales si queremos que los matri­monios futuros cuenten con experiencias más importantes que les permitan hacer frente a las presiones increíbles de este nuevo siglo. No es suprimir las fiestas, sino colocar en un lugar relevante la luna de miel.

Extracto del libro “Sexo. Lo que siempre quisiste saber”

Por José Luis y Silvia Cinalli

1
2
Artículo anteriorSexualidad – LA PRIMERA VEZ 1
Artículo siguienteSexualidad – UN BUEN MATRIMONIO 1
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre