¿Realmente es importante la educación sexual?

Sí, muy importante. No entender la responsabilidad que nos cabe en la ense­ñanza sexual nos lleva a condenar a nuestros propios hijos a vivir matrimonios frustrados, regidos de acuerdo con los parámetros del mundo y no conforme al diseño de Dios. Muchos de los problemas de los matrimonios nacen «en la cama» y trascienden a todas las otras áreas. De ahí que, si podemos reducir al mínimo dichos problemas, mediante una correcta educación sexual, entonces solucionaremos mu­chísimos otros.

Está comprobado que 9 de cada 10 hombres no reciben ninguna clase de información sexual, e ignoran las técnicas amatorias, las formas de respuesta sexual femenina y masculina y la sensualidad, que es mucho más que sexualidad.

Se investigaron las causas de 1.000 parejas cuyos matrimonios no fueron con­sumados, es decir, parejas que no pudieron mantener ni una relación sexual desde que están casados. Se examinó a las 1.000 mujeres, cuya edad promedio era de 29 años. Las 1.000 mujeres estaban físicamente capacitadas para realizar el coito. Las razones dadas por estas 1.000 esposas para su abstinencia sexual pertenecían a las siguientes categorías:

  • Temor al dolor en el coito inicial: 203 (20.3%)
  • Opinión de que el coito es sucio o perverso: 178 (17.8%)
  • Marido impotente: 117 (11.7%)
  • Temor al embarazo: 102 (10.2%)
  • Tamaño pequeño de la vagina: 82 (8.2%). Los exámenes físicos revelaron que los genitales de ella y los de su esposo tenían medidas normales.
  • Ignorancia de la pareja en cuanto a la localización exacta de los órganos sexuales de la mujer: 52 (5.2%)
  • Desagrado en extremo, respecto al pene: 46 (4.6%)
  • Objeción intensa al coito, a menos que se busque el embarazo: 39 (3.9%)
  • Rechazo hacia los anticonceptivos: 33 (3.3%)
  • Creencia en la sumisión de la mujer al hombre implica inferioridad: 31 (3.1%)
  • Desagrado general hacia los hombres: 30 (3.0%)
  • Deseo de sólo mimar maternalmente a su esposo: 14 (1.4%)
  • Temor de dañar el pene del esposo: 12 (1.2%)
  • Temor al semen: 9 (0.9%).

La conclusión obtenida por los investigadores fue que, si a estas mujeres se les hubiese proporcionado una educación sexual adecuada en una edad temprana, cuando menos los problemas sexuales de 80 a 85% de ellas no hubiesen existido nunca o no hubieran persistido, en caso de presentarse.

¿Cómo se aprende sexualidad?

En un programa radial, en Radio Rivadavia, junto a Santo Biasatti, se presentó un humorista que contó este chiste: En una escuela la maestra comenzó una clase de educación sexual. Antes de iniciarla, manifestó a sus alumnos: «Si alguien tiene una duda, levante la mano». Apenas empezó la disertación, Juancito levantó la mano, pero la maestra no le dio importancia y siguió hablando acerca de cómo nacen los niños. Juancito volvió a levantar la mano y, nuevamente, la maestra no le dio importancia. Al rato, como Juancito seguía con la mano levantada, y ahora gritando: «¡señorita, señorita, señorita!», ella dijo al fin: «¿Queeeé querés Juanciiiiito?» Juancito, muy tranquilo, le respondió: «Seño, ¿los que ya hicimos el amor podemos ir afuera?»

Todos se rieron y en el aire quedó flotando como si fuera verdad, la gran mentira de que la sexualidad se aprende exclusivamente por la práctica. No podemos continuar así, ¡la mitad de las parejas, según los estudios más conservadores, tienen problemas sexuales!

¿Por qué los órganos sexuales son considerados como algo sucio?

Desde que el hombre pecó, los órganos sexuales han sido considerados especia­les. Antes de que el hombre pecara, la Biblia dice que «estaban desnudos y no se avergonzaban», Génesis 2:25. Es decir, los órganos sexuales eran considerados como cualquier otra parte del cuerpo, ni mejores ni peores, ni más limpios ni más sucios. Después del pecado, los órganos sexuales se consideraron diferentes del resto del cuerpo. La Biblia dice que «conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales», Génesis 3:7.

Desde allí viene la confusión. Algunas culturas adoraron los genitales, creyendo en sus poderes mágicos. Incluso las partes privadas eran muy públicas, y réplicas gigantes de órganos sexuales eran expuestas orgullosamente en templos, teatros y otros sitios públicos. En nuestra cultura se los consideró una vergüenza.

Extracto del libro “Sexo. Lo que siempre quisiste saber”

Por José Luis y Silvia Cinalli

1
2
Artículo anteriorSexualidad – MASTURBACIÓN
Artículo siguienteSexualidad – EL SEXO Y LA BIBLIA 2
Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingresa para comentar!
Por favor ingresa tu nombre