Educación Sexual – Educar Sexualmente a Nuestros Hijos 1

 

A. Sobre la Educación Sexual.

1. ¿Qué es la educación sexual? ¿Me podría dar una respuesta básica?

Como no, cuando decimos educación sexual estamos señalando básicamente dos cosas:

  • La Información sexual.
  • Los sentimientos sexuales.

La información tiene que ver con los conocimientos sobre la biología y las características reproductivas de nuestra sexualidad genital, corporal, lo orgánico. La sexualidad nace en lo orgánico pero va más allá, tiene que ver con nuestros valores, con lo cultural con lo familiar. Existen muchos libros que muestran las características de nuestros genitales, sin embargo el punto principal de la educación sexual no radica en la información sino en los valores y sentimientos que transmitimos junto con la información.

Los padres somos los encargados de transmitir lo que Dios dice respecto a la vida sexual. Esto es importante porque nuestros hijos, si no lo aprenden de nosotros sus padres, lo aprenderán de otras fuentes teñidas de represiones y mentiras, logrando en nuestros hijos culpas, distorsiones por lo aprendido y una sexualidad alejada de la fe cristiana y del señorío de Cristo.

Sexualidad no es genitalidad. Esta última tiene que ver con los aspectos biológicos del sexo. Tiene que ver con que nuestros hijos sepan sobre el pene y la vagina, sobre lo fisiológico. Mientras que sexualidad tiene que ver con lo fisiológico pero también con el ser hombre y mujer, con la forma de relacionarnos, de hablarnos, de abrazarnos, de mirarnos, etc.

Es importante saber que la palabra sexo tiene muchos significados y despierta muchos recuerdos y sentimientos, como hemos visto en capítulos anteriores. Para algunos será placer, para otros, miedo, para otros, incertidumbre, para otros interrogantes.

Hoy nuestra cultura ha bombardeado con información sexual pero nada y poco de sentimientos sexuales que Dios enseña en su palabra. Nuestra educación está orientada para el amor, y para que Dios sea el Señor de nuestra sexualidad. Enseñamos a sentir por la sexualidad lo que Dios nos enseña en su palabra.

La sexualidad para los cristianos no es mera información, no es mera descarga biológica, no es unos cuántos orgasmos sino que es mucho más. Es amor, compromiso, fidelidad, paz, placer.

 

2. No estoy de acuerdo con la educación sexual porque la información lo puede «avivar» y estimular su desarrollo sexual.

Esto es un mito muy común y frecuente, pero… aunque una mentira la creen miles sigue siendo una mentira. La información nunca aprisiona, nunca encadena sino que libera. Siempre la verdad nos hace libres, siempre la educación hará que nuestros hijos crezcan con una mejor autoestima, ya que conocerán su propio cuerpo, sus deseos sexuales y esto los hará sentirse más seguros y más cómodos en el mundo al cual han venido.

Lo que mata no es la educación sino la falsa información. Se calcula que cada año se embaraza un millón de adolescentes, en 1987 hubo 200.000 mil casos de enfermedades sexuales conocidas en jóvenes menores de 20 años, y se calcula que el 18% de las adolescentes tendrán un aborto antes que cumplan los 18 años.

Esta es una época peligrosa como para carecer de la información que Dios manda.

 

3. ¿Me podría aclarar un poco más lo de «sentimientos sexuales» y educación sexual?

Como decía antes un hijo puede «saber» mucho y sin embargo esto no alcanza porque la sexualidad es más que «conocimientos». Para decirlo con más claridad, siempre que converses con tu hijo sobre temas sexuales (o cualquier otro tema) refuerza su autoestima, nunca lo insultes, descalifiques, o rebajes: «estúpido ya te contesté esa pregunta», «mogólica por qué te dejaste tocar, ya te dije que nadie debía tocarte las tetillas», o burlarte de las preguntas del niño o de las ocurrencias o respuestas que él tiene a sus inquietudes.

Nuestros hijos son perlas preciosas que Dios nos ha prestado para formárselos en el amor del Señor. Cuidémoslos.

No deteriores su autoestima: cuídala, aliméntala, no será un orgulloso. El orgulloso no es «el que se ama demasiado» sino el que no se ama nada y entonces se cree superior a los demás. Bendice, elogia, alienta, estimula, motiva, felicita.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Educación Sexual Para la Familia”

Por Bernardo Stamateas

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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