¿Cómo disfrutar continuamente del sexo con mi esposa sin llegar a la rutina?

. Anímense a cambiar de posición: hay muchas variaciones que otorgan mayor placer y que pueden ir explorando en la búsqueda de un mutuo enriquecimiento.

. Sean audaces: por qué no cambiar los roles. En lugar de que el esposo tome siempre la iniciativa y dirija el encuentro amoroso, que la esposa lo haga suele ser gratificante para ambos, siempre que los prejuicios relacio­nados con el machismo no jueguen una mala pasada.

. Cambien de lugar o ambiente: no tiene por qué ser fuera del hogar; a veces con intentarlo en otros sitios de la casa trae aires nuevos, como en el sofá, en la alfombra del living o donde mejor les resulte.

. Asocien olores, sonidos o colores diferentes: por ejemplo, decorar de an­temano el dormitorio con flores de exquisito perfume o cambiar la lámpara de la siempre luz blanca por alguna de color suave o, disfrutar de música que sea agradable para ambos como marco de fondo.

. Prueban con distinta ropa: recordamos una pareja que consiguió el dis­fraz de Tarzán y Jane. Estaban muy contentos después de usarlo. Todo tiene relación con la personalidad de cada uno de los esposos. Si por naturaleza son audaces, juguetones, desinhibidos, es más fácil que adop­ten comportamientos más variados dentro de sus encuentros amorosos. Por el contrario, si la educación recibida en el hogar ha sido muy rígida, el sentido del temor y del «debo o no debo» quita todo intento de cambio, frustrando la espontaneidad.

Descubran nuevas maneras de expresar el amor: caricias en otros sitios del cuerpo, más suaves o tipo masajes. Besos más tiernos, más largos, en otras áreas del cuerpo. Movimientos de nuestro cuerpo como caricias en la piel de nuestro cónyuge, etc.

No den lugar al diablo: no debemos anular ni negar esta particular fuente de riqueza interior reservada para el matrimonio, como lo es cada encuen­tro íntimo entre esposos. Dios aprueba la unión sexual en el matrimonio. Dios lo creó así, para que sea vivido y disfrutado como una experiencia profunda y tierna, que los una más el uno al otro. No dejen que el enemigo siembre en la mente y el corazón una falsa concepción del sexo o de la santidad. Es el ser humano, con una mente enferma de pecado, quien pervierte lo bueno que Dios ha creado.

¿Cómo ser siempre fiel a mi pareja?

El 100% de los hombres y mujeres serán tentados sexualmente por lo menos una vez en la vida. Pero la tentación no es pecado, sino cuando cedemos ante ella. Jesús fue tentado en «todo» pero sin pecado. Debemos suponer que ese «todo» inclu­ye tentación sexual. Creemos que así fue. No obstante, Jesús venció, no pecó.

Permítannos hacerles algunas sugerencias para los dos:

  1. Sean amigos: la relación matrimonial debe ser una relación de amigos. Cantar de los Cantares 2:2 presenta el matrimonio de dos amantes y dos amigos al mismo tiempo. Los amigos no se traicionan, se escuchan mutua­mente, nada se ocultan. Compartan sus presiones, problemas y aun sus tentaciones sexuales para que ambos puedan orar y cubrirse. Una esposa que no sabe escuchar a su esposo, será sustituida por otro oído femenino, atento y reflexivo. Cuidado, la Biblia dice: «los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite, mas su fin es amar­go como el ajenjo, agudo como espada de dos filos, sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seol», Proverbios 5: 3-5.
  2. No busquen excusas: la más grande de todas: «cometí adulterio porque mi esposa/o no me satisface». Es la más citada a la hora de reconocer este pecado, como si fuera motivo que justificara la infidelidad. Esta excusa agrega dolor sobre el cónyuge, que además de haber sido traicionado, aho­ra resulta ser el culpable de la infidelidad.
  3. Sean realistas: no se engañen, la infidelidad no mejorará ninguna situa­ción; las heridas por el engaño persisten por mucho tiempo. Siempre existen otras opciones y no la infidelidad.

Cantar de los Cantares nos describe la fidelidad como una fortaleza in­conquistable: «Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz», Cantares 8:10. Caio Fabio D’araujo Filho en su libro «El amor y el sexo» dice: «Los pechos altos y hermosos de la esposa eran como torres inaccesibles. ¡Qué figura tan hermosa para dar a entender que a nadie más le entregaba su cuerpo y que por nadie se dejaba tocar o poseer!»

Hay otro pasaje igualmente hermoso, Cantares 4:12: «Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada». El citado autor sigue diciendo: «¿Qué amor podría mantenerse intacto y puro si existe la sospecha de que otro ha bebido ocultamente de la fuente, ha comido del fruto, y ha penetrado triunfante en el jardín de las delicias que sólo a él pertenecía? No hace falta ninguna respuesta».

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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