No fueron pocas las veces que los jóvenes en nuestra encuesta preguntaron acerca de las posiciones para hacer el amor. Evidentemente, este tema despierta cu­riosidad.

Algunos osados describen docenas, y otros, centenares de formas o posiciones para hacer el amor. Sin embargo, esto es más imaginería que realidad. Además, cada pequeña variación de quizás cómo apoya el brazo uno de los cónyuges, es suficiente para decretar un cambio de posición. Algunas posiciones «requieren de verdaderos acróbatas, pues son un desafío a las posibilidades del cuerpo humano».

Básicamente, podemos distinguir 4 posiciones:

  1. De frente, o sea cara a cara con el hombre arriba: es la clásica, conocida como «del misionero», porque la enseñaban los misioneros a los aborígenes. En la Polinesia los misioneros cristianos consideraban que era «la unión natural y adecuada», y reprendían a los convertidos aborígenes cuando estos hacían el amor en otras posiciones.

Para los misioneros cristianos ésta era la única posición válida para la relación sexual; las otras eran consideradas «posiciones animales». Facilita que ambos esposos puedan besarse y acariciarse. Es desventajosa para la mujer embarazada, para el esposo obeso o de cuerpo muy grande y pesado y para el eyaculador precoz. Dificulta, además, el contacto con el capuchón del clítoris, con lo cual disminuye la probabilidad de orgasmo femenino.

Se aconseja esta posición cuando se desea un embarazo. Se puede colocar una almohada debajo de los glúteos de la esposa para que la pelvis (zona genital) quede más alta que el resto del cuerpo. Después de que finaliza el acto sexual debe permanecer acostada una hora, para mejorar la vehiculización del semen y la fecundación.

COSAS DE «YANQUIS»

La posición cara a cara, con el hombre arriba, es considerada en mu­chos lugares como la única posición natural y correcta. En algunos estados de Norteamérica, existen leyes que declaran ilegal y punible (aún para esposos) intentar posiciones sexuales diferentes de la «normal».

2. De frente, cara a cara con la mujer arriba: es la aconsejada para los eyaculadores precoces. Permite una mayor actividad femenina, ya que ella controla la profundidad de la penetración, el ritmo de los movimientos y el momento del orgasmo. No se aconseja cuando se busca un embarazo, porque el semen rápidamente se escurre, dada la posición femenina. Nota: Los seres humanos son los únicos en la escala zoológica que mantie­nen relaciones de frente.

3. Posición lateral, cara a cara: de esta posición básica existen muchas va­riantes que la pareja puede ir descubriendo por la práctica. Es ideal en caso de obesidad o cuando uno de los cónyuges es demasiado alto. Facilita el goce de ambos, por el roce que existe entre el clítoris de la mujer con el cuerpo del marido.

4. Penetración desde atrás: también tiene muchas variantes. No debe con­fundirse con el sexo anal. La más conocida es la «cucharita», ambos de costado, la espalda de la esposa sobre el pecho del marido. Esta posición permite una penetración profunda y movimientos de bombeo vigorosos. Para la mujer suele no ser tan excitante como para su compañero, ya que impide el contacto visual con su esposo y las caricias mutuas.

¿Es verdad que hay más de 100 posiciones para hacer el amor?

Ya hemos dicho que sí. En muchas librerías se exhibe una agenda donde apare­cen 365 posiciones para hacer el amor; una por cada día del año. Pero no se obsesio­ne con esto: «el acto sexual no debe convertirse en una proeza deportiva o una experimentación de laboratorio. Es la expresión del amor, y comprende manifestacio­nes físicas y emocionales muy íntimas. Las diversas posturas y juegos sexuales deben realizarse en función del placer mutuo y compartido, con la mayor libertad e intensidad posible».

¿Por qué hay tantas posiciones para hacer el amor?

Quizás, para evitar el aburrimiento.

Extracto del libro “Lo que siempre quisiste saber”

Por José Luis y Silvia Cinalli

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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