La Doctrina de la Biblia – Introducción a la Doctrina de la Biblia 1

 

 

¿Cuáles son las Diferentes Formas de la Palabra de Dios?

Explicación y Base Bíblica

¿Qué se quiere decir con la frase «la Palabra de Dios»? En realidad, hay diferen­tes significados que esa frase toma en la Biblia. Es útil distinguir estos diferentes sentidos desde el principio de este estudio.

 

A. «El Verbo de Dios» como Persona: Jesucristo.

A veces la Biblia se refiere al Hijo de Dios como «el Verbo de Dios». En Apoca­lipsis 19:13 Juan ve al Señor Jesús resucitado en el cielo y dice: «y su nombre es «el Verbo de Dios»». De modo similar, al principio del Evangelio de Juan leemos: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios» (Jn.1:1). Es claro que Juan aquí está hablando del Hijo de Dios, porque en el versículo 14 dice: «Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contempla­do su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre».

Estos versícu­los (y tal vez 1 Jn.1:1) son los únicos casos en que la Biblia se refiere al Hijo de Dios como «el Verbo» o «el Verbo de Dios», así que este uso no es común. Pero sí indica que entre los miembros de la Trinidad es especialmente Dios Hijo quién en su per­sona tanto como en sus palabras tiene el papel de comunicarnos el carácter de Dios v expresamos la voluntad de Dios.

 

B. «La Palabra de Dios» como Discurso de Dios.

1. Decretos de Dios.

A veces las palabras de Dios toman forma de poderosos de­cretos que hacen que sucedan eventos o incluso hacen que las cosas lleguen a exis­tir. «Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir» (Gn.1:3).

Dios incluso creó el mundo animal mediante su poderosa palabra: «Y dijo Dios: «¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes, y reptiles, según su especie!» (Gn.1:24). Así, el salmista puede decir «Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas» (Sal 33:6).

A estas palabras poderosas y creativas de Dios a menudo se les llama los decre­tos de Dios.

Un decreto de Dios es una palabra de Dios que hace que algo suceda. Estos decretos de Dios incluyen no sólo los eventos de la creación original sino también la existencia continuada de las cosas, porque Hebreos 1:3 nos dice que Cristo continuamente es «el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa».

 

2. Palabras de Dios de Comunicación Personal.

A veces Dios se comunica con personas en la tierra hablándoles directamente. A estas se les puede llamar pala­bras de Dios de comunicación personal. Se hallan ejemplos en toda la Biblia. Al mis­mo principio de la creación Dios habla con Adán: «Y le dio este mandato: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás»» (Gn.2:16-17). Después del pecado de Adán y Eva, Dios todavía viene y habla directa y personalmente con ellos en las palabras de la maldición (Gn.3:16-19).

Otro ejemplo prominente de la comunicación directa personal de Dios con las personas en la tie­rra se halla en el otorgamiento de los Diez Mandamientos: «Dios habló, y dio a co­nocer todos estos mandamientos: «Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. No tengas otros dioses además de mi….» (Ex.20:1-3).

En el Nuevo Testamento, en el bautismo de Jesús. Dios Padre habló con una voz del cielo, diciendo: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él» (Mt 3:17).

En estas y otras varias ocasiones en donde Dios pronunció palabras de comuni­cación personal a individuos fue claro para los que las oyeron que eran de veras pa­labras de Dios: estaban oyendo la misma voz de Dios, y por consiguiente estaban oyendo palabras que tenían autoridad divina absoluta y eran absolutamente dig­nas de confianza. No creer o desobedecer alguna de esas palabras habría sido no creer o desobedecer a Dios, y por consiguiente había sido pecado.

Aunque las palabras de Dios de comunicación personal siempre se ven en la Bi­blia como palabras reales de Dios, también son palabras «humanas» porque son pro­nunciadas en un lenguaje humano ordinario que es entendible de inmediato. El hecho de que estas palabras se digan en lenguaje humano no limita su carácter o autoridad divinos de ninguna manera; siguen siendo enteramente las palabras de Dios, dichas por la voz de Dios mismo.

Algunos teólogos han aducido que puesto que el lenguaje humano siempre es en cierto sentido «imperfecto», cualquier mensaje que Dios nos dirige en lenguaje humano también debe ser limitado en su autoridad o veracidad. Pero estos pasajes y muchos otros que registran casos de palabras de Dios de comunicación personal a individuos no dan indicación de ninguna limitación de autoridad o veracidad de las palabras de Dios porque fueran dichas en lenguaje humano.

La verdad es muy al contrario, porque las palabras siempre ponen una obligación absoluta sobre los oyentes para creerlas y obedecerlas completamente. No creer o desobedecer alguna parte de ellas es no creer o desobedecer a Dios mismo.

(CONTINÚA…)

Extracto del libro “Teología Sistemática”

Por Wayne Grudem

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Psicólogo, docente, consultor familiar, conferencista y autor (Verdades Que Sanan, Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes). Trabajé con la niñez y la formación de maestros de niños. Fui pastor de adolescentes y jóvenes por más de 10 años. En la actualidad me dedico a enseñar, escribir, dictar conferencias y dirigir www.devocionaldiario.org y www.desafiojoven.com, donde millones de personas son alentadas, edificadas y fortalecidas en su fe. Casado y padre de tres hijos.

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